10 consejos para evitar comer mal

10 consejos para evitar comer mal

10 consejos para evitar comer mal

La mayoría de corredores cuidan su dieta. No porque quieran perder peso, sino por el simple hecho de rendir más o porque quieren estar más sanos y saludables. Pero... ¿Qué pasa en aquellas épocas de festividades o con el veranito en qué puede haber excesos? No vamos a ser nosotros los que os digamos que no os privéis de ciertos caprichos. ¡¡¡Eso nunca!!!! Pero sí queremos daros unos consejos para no caer constantemente en la tentación.

A continuación os traemos 10 remedios que os pueden ayudar a hacer frente a las ganas irremediables por comer algo que no deberías.

Los antojos no los tenemos porque sí Los antojos concretos se pueden deber a que nuestro cuerpo tiene una deficiencia de algún nutriente, mineral o vitamina y siempre tendimos a recurrir a los dulces o comida más rica en grasa, la forma más rápida de terminar con este deseo. Según los expertos, el chocolate puede ser causa de un déficit de magnesio, mientras que un nivel bajo de cromo puede llevar a la ingesta de dulces. ¿Un remedio? Mantener unos niveles correctos de zinc puede ayudar a controlar el apetito.

La tan famosa regla del 80/20: come saludable el 80% de la semana y el otro 20% date algún capricho. Si mantienes esta fórmula evitarás comer grandes cantidades de aquello “prohibido”. No llenarte de dulces o comida rápida cada día, pero por pecar un día a la semana –con la cantidad justa, esto no es una carta en blanco- no pasa nada y evitará comer hasta reventar. Otro consejo es comer un poco de todo.

Cuando te entran los antojos, ¿no suele pasar que es cuando estás aburrido, sin cosas que hacer, o bajo de moral –de ahí el chocolate-? Pues ocúpate el día con actividades, ya sea el deporte u otras que te ayuden a distraerte y no pensar en comida.

Si lo que te apetece es algo dulce, no tiene porque no ser saludable. En el mercado actual hay alternativas igual de apetecibles que otros productos industriales repletitos de azúcar. Si te apetece una bebida fresquita, una cerveza sin alcohol puede ser la alternativa. “Casi” siempre hay alternativas.

Si no puedes evitar picotear algo dulce, prueba a encender una vela perfumada de vainilla en tu casa o utiliza perfume con aroma de vainilla. Un estudio en la universidad de St George's ha demostrado que notar un olor dulce como el de la vainilla puede reducir el apetito de comida dulce y bebidas azucaradas.

Comer pasta, pan, patata e incluso arroz libera serotonina al cerebro, la hormona de la felicidad, es por este motivo por el cual tendimos a recurrir a este tipo de alimentos cuando estamos decaídos anímicamente. En lugar de comer, busca otras formas de pasártelo bien y animarte, como salir con los amigos, viendo una comedia televisiva o yendo a correr.

Algunos recurrimos a comer “porquerías” cuando estamos anímicamente decaídos por culpa del estrés. Un estudio de la Universidad de Cincinnati demuestra esta teoría y que para ponerle solución debemos liberarnos de todo ese estrés, con técnicas de relajación, con un momento de pausa y tranquilidad en el trabajo, etc. La meditación es una buena forma para sacar todo ese estrés que tanto nos agobia.

La compañía puede ser fatal para mantenerse sano. Dependiendo en el círculo de amigos por el que te muevas puede llevarte a la “mala” vida. Si tus compañeros son de no hacer deporte, no comer bien, comer palomitas cada vez que van al cine o ver la televisión comiendo, quizás tu también acabes llevando la misma rutina. No decimos que dejéis a vuestros amigos de toda la vida, pero busca algunos momentos para desconectar o intenta que los malos hábitos cambien. Proponles actividades al aire libre para no estar encerrados en casa viendo la televisión, es un ejemplo.

Comer algo dulce, como una pieza de fruta, al empezar puede hacer que te sientas saciado de dulce durante el resto de día. Esto se debe a que el metabolismo está más activo durante esta parte del día. Así que ya sabéis, una onza de chocolate negro para empezar el día.

Investigadores de la universidad de Chicago concluyeron que no tener suficientes horas de sueño puede afectar a las hormonas que regulan el apetito, haciendo que no comas más durante el día. Y no solo dormir poco, dormir demasiado también es contraproducente.  Lo indicado es dormir unas siete horas para sentirte en plenas facultades.

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