Hasta que se demuestre lo contrario, la mejor forma de mejorar tu rendimiento es mediante las series. Las series son esas carreras de intensidad repetidas varias veces, con menos recuperación de la que quisieras, y que te suelen dejar «reventado». Incluso sin la intención de querer bajar marcas personales o batir el récord de tu portal, las series son un buen estímulo para alternar con los trotes a ritmo constante. Las series son duras, desgastan y no suelen ser los días más agradables, pero te proponemos 10 consejos para hacer de estos entrenamientos días más amenos.
1. Tómatelo como un desafío
Pensar que por la tarde te toca paliza a veces desanima porque tienes el día vago, pero sabes que no te las puedes saltar. Sí, a veces se hace cuesta arriba, seamos realistas, pero vista la incomodidad que se avecina… ¿Por qué no tratar de darle la vuelta a los pensamientos negativos y afrontarlo como un desafío? Decirlo es más fácil que hacerlo, pero con un par de frases o pensamientos que te motiven puedes darle la vuelta. Encuentra qué te puede ayudar, una canción, una frase, una “mirada de tigre” y ve a por ello. Total, no te queda otra… 🙂
2. El dónde importa
Las series son una buena forma de comprobar tu estado de forma intratemporada e intertemporadas, es decir, dentro de la propia temporada y entre diferentes temporadas. Para que sean útiles necesitan poder compararse. Para eso una pista es ideal, claro, pero no siempre está a mano o te gusta.
Si es el caso, busca una zona lo más llana posible —si así quieres hacerlas—, puede ser asfalto y para ello una carretera secundaria o un polígono industrial sin tráfico pueden servir, y además puede estar iluminado para esas solitarias series invernales donde la noche cae rápido. O si prefieres campo trata de que no haya variables que alteren tus tiempos, por lo que es ideal que sea un suelo que no acumule barro (por nuestra zona sabemos perfectamente dónde lo hace), a ser posible protegida del viento (zona arbolada) y con pocas curvas. Ojo, también que no se formen roderas, charcos, haya raíces o demás, cuando vas a tope generalmente no estás para esquivar mucho.
Cuanto más regulares sean las condiciones mejor puedes comparar. Con barro o viento los tiempos que te salgan pueden no serte útiles. Y si son de ida y vuelta y no puedes encontrar un terreno perfectamente plano, puedes optar porque incluya las mismas subidas y bajadas o contar los tiempos en grupos de pares e impares.
3. Lunes, día de series
Es bastante normal que puedas tener planificados dos días de series, martes y jueves en muchos casos. Si uno de los días es el lunes, cuando acabes y al principio de la semana, ya te has quitado la mitad de las series. Vienes (teóricamente) bien dormido del fin de semana, te quitas unas series de encima y ya tienes media semana hecha el lunes.
4. No son competiciones
En ocasiones nos dejamos la vida haciendo series. No se trata de morir, no se trata de competir ni de provocarle a tu cuerpo el daño de una competición sin dorsal. Estás entrenando. Y al día siguiente también y al siguiente también. Un truco es, atizándote con ganas, tener la sensación de que el límite lo encontrarías haciendo una repetición más. Tienes que ser sincero contigo, no poner caras de muerte. ¿Serías capaz de hacer una repetición más o no? Si es que no a ese ritmo, te has pasado de rosca.
5. Mejor quedarse corto
Algún Rocky Balboa de turno dirá que quedarse corto es de cobardes, de no haberlo dado todo. Quizá no se haya lesionado lo suficiente. O no se haya pillado un buen sobreentrenamiento como dios manda. No se trata de cortar entrenamientos ni de coger la puerta de salida a la mínima que sufrimos, se trata de que el entrenamiento nos ayude a mejorar y no nos desguace más de lo que debe. Si tienes más dudas de lo razonable, quizá debas dejarlo por ese día.
6. Mejorar cuesta
Y lo contrario, para mejorar hay que apretarse a uno mismo. No hay otra, qué le vamos a hacer. Hay que pasarlo mal, hay que volver con las piernas tiritando a casa y hay que acostarse molido. A veces es lo que toca. Ya vendrá el momento de recoger frutos. Pero es un trámite ineludible. Acéptalo -o no-, pero es lo que hay.
7. Estimular todo el año
Lo creas o no, hay momentos en la vida deportiva en los que es bueno hacer series no por mejorar, sino por salud. Si te «atocinas» a base de correr lo mismo siempre, obtendrás los mismos resultados, pero a partir de cierto momento puede que ni eso: misma zancada, mismos impactos, mismo todo… no es del todo saludable. Incluso fuera de temporada, incluso sin querer mejorar tiempo o ni siquiera competir, es bueno estimular el cuerpo de diferentes maneras, y aunque no sean series de alta demanda en sentido estricto, unos sucedáneos como cambios aleatorios de más o menos intensidad estimulan tu cuerpo (y mente) y sientan de maravilla.
8. Quédate con lo bueno
Acabar unas series debe de hacerte sentir satisfecho. Quizá no feliz ni orgulloso, pero sí satisfecho. Las series son duras, a veces desagradables, no son días normales de trote ameno social, no. Por eso, valóralos como días en los que has vencido la pereza, el demonio que te dice que para qué las haces o la excusa fácil de hoy mejor no. Son días que valen el triple que un rodaje normal. Aprécialos porque te los tienes que currar, no son días fáciles. Incluso si no has cumplido exactamente con los tiempos previstos quédate con que estás un pasito más cerca del objetivo. Un poco más de cautela.
No todos los días se puede, porque hayas dormido mal porque vengas acumulando fatiga, porque la cabeza la tengas en otro sitio. A veces la línea entre «rajarte» y hacer lo correcto vs retirarte a tiempo es delgada y sólo tú sabes la respuesta. Si no es el día no es el día. Si lo decides no mires atrás, ya está, ya vendrán días mejores. Los entrenamientos no se recuperan y que no te deje heridas, tampoco en tu determinación y autoconfianza.
Si con frecuencia incumples los entrenamientos de calidad y más duros quizá debas darle una vuelta a tu motivación o a qué estás dispuesto a sacrificar pero si son días aislados no les des más importancia de la que tiene pues cercana a cero.
10. Animales de costumbres
Hacer las series en los mismos sitios siempre, dejar la botella de agua en el mismo arbusto, rascarte en el mismo sitio antes de empezar cada repetición… no es malo si no son manías preocupantes, de hecho tener patrones fijos y mentalizarte para lo que viene son formas de simplificar y concentrarte en el objetivo del día.
En resumen, nadie te va a quitar la lógica parte de sufrimiento de unas series por haber leído esto pero quizá algún consejo te pueda ayudar a afrontarlas un poco mejor, o algún día te puede recordar un pequeño truco que se te ha pasado. Si quieres consultar más consejos de entrenamientos tenemos unos cuantos.