El pasado sábado 27 de julio se disputaba la sexta edición del Vertical K3, un triple kilómetro vertical de 9,7kms de distancia y +3.038m que se celebra en el valle de Susa (Italia) y que forma parte de la Copa del Mundo de KV. La prueba, además de que los participantes tienen que superar tal desnivel, llega a una cima de 3.583 m, la del Rocciamelone, un lugar no muy adecuado cuando hay tormenta. Y menos si hay rayos de por medio, como lo sucedido en esta edición, en la que una tormenta golpeó de lleno esta parte del recorrido y que pudo terminar peor de lo que terminó…
Las previsiones meteorológicas no pintaban demasiado bien para el transcurso de la carrera, aunque a primera hora de la mañana el cielo estaba claro. Tenían constancia de que al mediodía cambiaría y la tormenta llegaría, pero sería a una hora en la que todo habría terminado. Nico Valsesia, uno de los organizadores, comentaba en Montagna.tv que “A las 10:30, sin embargo, estábamos decididos a cortar y que todos regresaran, pero un rayo de sol nos convenció de mantener los cortes”.
Pero lo que no tenían tan controlado es como estaba el tiempo por las cimas… y allí estalló la tormenta. Esto obligó a neutralizar la competición, pero algunos de os participantes ya habían llegado a tal punto, como es el caso de Iñaki Latasa: “A mí me cogió ya arriba, con la carrera ya finalizada. Llovía y se empezaban a oír los truenos, así nos pusimos a bajar corriendo con otro compañero. Poco a poco nos distanciamos y a la altura del refugio Ca’ d’Asti (2.854 m) la cosa ya estaba muy complicada y decidí entrar a resguardarme allí. Pensaba que ya me había librado».
Más de un corredor esperaba a que la tormenta amainara dentro del refugio e Iñaki encontró un sitio para sentarse. “Alguien abrió una puerta detrás mío, escuché un estruendo y en ese momento me dio el rayo. De repente me encontré en el suelo tirado, con los pies agarrotados y sin poderme mover. Enseguida me pude poner de pie y me dio otra descarga y fui al suelo otra vez. Después me tumbaron en otra sala ayudado por otro corredor que creo que era médico. Fue un milagro porque 3 segundos antes tenía la cabeza apoyada sobre esos bastones».
El relato de Valsesia es igualmente estremecedor. «Vi una llama azul seguida de un fuerte golpe, similar al sonido de un petardo. Al mismo tiempo el joven gritó y cayó al suelo. El rayo lo golpeó, también al chico a su lado, afectando su pierna y arrancándole el zapato». En el refugio recogieron los palos y los echaron fuera. Segundos más tarde golpeó otro rayo.
Tras unas pruebas, un helicóptero llevó a Iñaki al hospital de Susa. “Ya podía mover la pierna, aunque tenía una sensación muy rara en la cabeza, como un calambre fuerte y constante”. En el hospital le hicieron un electro, le comprobaron la tensión, las pulsaciones y el nivel de oxígeno en sangre. “Me dijeron que estaba todo bien, pero no sé por qué motivo tardaban en darme el alta. Como no tenía teléfono y sabía que tendría a mi gente buscándome, decidí coger la voluntaria e ir a reunirme con ellos”.
Ya en la residencia, pudo transmitir lo ocurrido con sus compañeros. “No tenían ni idea de lo que me había ocurrido”.
Por suerte todo quedó en un susto sin nada más que lamentar, pero seguro que Iñaki no recordará la prueba por lo deportivo, sino por lo sucedido.
En segundo término quedaron los resultados, siendo Martin Anthamatten (2h03’58) y Victoria Kreuzer (2h27’55), ambos suizos, los vencedores de la prueba. Destacar la actuación de la atleta vasca Oihana Azkorbebeitia (2ª) y el aragonés Daniel Osanz (3º).