Tal y cómo le sucederá a cualquier corredor antes de afrontarse a una maratón, yo estoy en el mismo caso. Todas esas mariposas están a punto de empezar a revolotar por mi estómago. De momento, están ahí, en situación de “stand by” esperando a que el carro que pintará la temida y a la vez adorada “blue line” aparezca bajo mi balcón, con nocturnidad y alevosía, como suele ser. Ese será el pistoletazo de salida que dará rienda suelta al alegre aleteo de las mariposas en mi cuerpo.
Junto con las mariposas, llegan las inevitables dudas que nos asaltan siempre antes de una prueba de tal envergadura. ¿Cómo preparo los entrenos de la última semana? ¿Cómo me tengo que alimentar? ¿Es conveniente hacer un masaje de descarga? ¿Cómo me visto? ¿Cuántos geles llevo?
Y sí, aunque ya tengamos algunas maratones a nuestras espaldas, estas dudas siempre surgen. Y es bueno. Creo que eso significa que afrontamos esta distancia con el debido respeto, como se merece.
No tengo referencias para comparar, pues siempre la he corrido “en casa”, pero por lo que me comentan personas muy viajadas en esto del correr, la maratón que se corre en Barcelona es de lo mejorcito, en cuanto a organización y recorrido. Esto ya es un plus que nos otorga confianza y que puede rebajar un poco nuestra tensión: muchos puntos de avituallamiento y muy bien surtidos con agua, bebida isotónica, geles, fruta y frutos secos, así como fisioterapeutas, baños, servicios médicos a lo largo del camino, liebres, cantidad de voluntarios –tened en cuenta que hay hasta lista de espera para hacer de voluntario…- con muchísimas ganas de ayudarnos y también colgarnos esa medalla tan luchada.
Teniendo en cuenta que el trabajo ya lo tenemos hecho -o deberíamos…- y que esta última semana no podemos esperar milagros, simplemente toca bajar mucho la cantidad de kilómetros y el ritmo de entreno, además de comer bien, incluyendo proteínas y carbohidratos, acompañado de una muy buena hidratación, aportar sales minerales y, si conseguimos reservar hora, regalarnos un masaje de descarga para dejar los músculos de las piernas bien preparaditos.
En cuanto a la ropa y los geles, ¡Nada de experimentar! No es el momento adecuado para estrenar ese modelito nuevo que nos han regalado o probar unas zapas nuevas; tenemos que ir con algo que esté ya más que probado y nos sea cómodo, no nos provoque roces y adecuado a la temperatura ambiental. Y en cuanto a los geles, si no habéis tomado nunca, pues quizás, a no ser que realmente los necesitéis a lo largo del recorrido, mejor no aventurarse, pero si tenéis que hacer uso, hacedlo coincidiendo con un avituallamiento, para poder rebajarlo con agua.
¡Maratonianos!, dejad volar esas mariposas y a disfrutar el día D