Así corren los mejores del mundo

Así corren los mejores del mundo

Desde hace algunos años, la IAAF utiliza los campeonatos del mundo de atletismo para que científicos de alto nivel analicen y consigan datos sobre cómo corren, cómo saltan y cómo lanzan los mejores atletas del mundo. Estos datos se publican para deleite de los aficionados y se pueden consultar en la página web de investigación de la IAAF, pero si leer en inglés te resulta complicado o prefieres un resumen de lo más impactante, sigue leyendo.

Por deformación profesional, me he fijado en las carreras de 5000, 10000 y maratón, aunque hay datos interesantísimos en la velocidad, los lanzamientos y los saltos. De todos modos, entendiendo que la mayoría de nuestros lectores son fondistas como yo, espero que me perdonéis la selección. Empezamos.

Para entrar en materia, fijémonos en un par de características muy míticas de la técnica de carrera: el tipo de pisada y la frecuencia de zancada. ¿Cuántas veces has escuchado que los buenos corredores pisan de antepié y que entrar con el talón es de globeros y que te vas a lesionar? Pues primera impresión del campeonato del mundo de Londres 2017: los 4 primeros en el maratón masculino (Geoffrey Kirui, Tamirat Tola, Alphonse Sambu y Callum Hawkins) pisan de talón; de los 8 primeros, sólo Gideon Kipketer (que tiene más planta de ochocentista que de maratoniano) es capaz de pisar esporádicamente de antepié. Entre las mujeres, sólo Edna Kiplagat (que tiene una pinta similar a la de Gideon Kipketer) es la única que pisa de antepié entre las 8 primeras.

Si alargamos los resultados a la totalidad de la muestra analizada, el 67% de los hombres y el 73% de las mujeres pisan de talón en la última de las 4 vueltas que tenía el maratón. Podemos pensar que esto es así porque al final de la maratón los corredores estaban más cansados y quizá es un poco cierto en la carrera masculina, donde los parciales más rápidos se situaron sobre la media maratón; pero las mujeres tuvieron una carrera “táctica” con los parciales más rápidos al final. Por lo tanto: aunque es muy bonito pisar de antepié, no te obsesiones con ello y mucho menos si no estás corriendo muy rápido.

En cuanto a la frecuencia de zancada, demasiado se ha hablado del famoso número 180. Bien es cierto que es la media de todos los atletas, pero cada uno mantiene su frecuencia más eficiente, desde los 171 pasos por minuto de Kipketer (recordad que es muy alto y musculado, algo así como Juantorena) hasta los 191 de Kirui. Entre las chicas destacan los 198 pasos de Rose Chelimo (la ganadora) y los 165 de Mare Dibaba que, de hecho, estaba pinchando muchísimo en el momento de la medición. Por lo tanto, y como es muy lógico, no te obsesiones con el número 180. ¿Sabías que una modificación consciente de tu técnica de carrera es siempre menos eficiente que tu técnica natural? Otro tema quizá más importante es la relación entre el tiempo de contacto y el tiempo de vuelo, o la relación de tu longitud de zancada con respecto a tu altura. Ahí sí hay datos importantes que miden tu capacidad de generar potencia y, por lo tanto, ser más eficiente.

Tanto los 8 primeros como las 8 primeras consiguen una relación “tiempo de contacto-tiempo de vuelo” del 65-35. Es decir, si consiguen un tiempo de contacto de 200ms, el tiempo de vuelo es de 100ms. Este dato es bastante interesante y correlaciona muy bien con la fatiga: cuanto más cansados estamos, más aumenta nuestro tiempo de contacto y disminuye nuestro tiempo de vuelo. De hecho, en la carrera masculina compararon los resultados de la tercera y cuarta vueltas y se puede ver como la relación mejora para Kirui, Tola y Haukins mientras que empeora para Kipketer, Ghebregergis y Wanjiru, que son los atletas que iban pinchando.

Ahora que esto queda más o menos claro, es hora de pasar a la pista y ver como los valores son completamente diferentes porque la velocidad a la que se corre también es sustancialmente diferente (especialmente a la hora de esprintar). Recordad que el 10.000 masculino lo ganó Mo Farah (26’49”) en una carrera donde los 7 primeros bajaron de 27’00”, mientras que la carrera femenina la ganó Almaz Ayana (30’16”) superando en casi un minuto a la segunda clasificada. Los datos corresponden a la vuelta 15, donde las chicas iban a buen ritmo pero los hombres todavía se controlaban unos a otros; se analizan solo los 8 primeros clasificados.

La mayoría de los finalistas tenían una frecuencia de zancada entre los 190 y los 200 pasos por minutos. Entre las chicas, la única que corría a menos de 180 pasos por minuto fue Alice Aprot (172), una atleta “tractor”, capaz de aguantar altas velocidades pero sin cambio de ritmo, la típica gregaria que impone ritmo en el grupo pero se le escapan las medallas. Entre los chicos, sorprendentemente, la menor frecuencia corresponde a Mo Farah (173) que es capaz de “rodar” a casi 22km/h (2’46”). Para conseguirlo, su zancada mide más de dos metros y, en relación con su altura, es un 10% más larga que el resto de los competidores. De ahí que veas que Mo Farah bota tanto mientras corre. Sin duda, la potencia que genera es abismal y la relación tiempo de contacto-tiempo de vuelo se sitúa alrededor del 50% durante toda la carrera pero alcanza un valor de 48-52 en la última vuelta. Es decir, está más tiempo en el aire que en el suelo.

En ambas carreras, exceptuando a Ayana que tenía la medalla de oro asegurada por una gran ventaja, todos los corredores se jugaban el puesto en el esprín final. Y ahí entran en juego muchas variantes, desde la posición en la que se empieza la última vuelta hasta la capacidad de reprís: aumentar la frecuencia de zancada sin que disminuya la longitud del paso (o aumentar la distancia del paso sin que disminuya la frecuencia, aunque esto es algo muy raro que no creo que ningún corredor haga).

El dato más impresionante de todos los esprines corresponde a Tirunesh Dibaba que es capaz de circular a 192 pasos por minutos durante toda la carrera (y una longitud de paso del 175cm, 1,15 respecto a su altura) y alcanzar los 228 pasos por minuto en el último 400 (y mantener 179cm de paso). Tanto Joshua Cheptegei como Paul Tanui (segundo y tercero) “solo” consiguen esprintar hasta los 207 pasos por minuto, aunque con un paso de 222cm y 208cm, respectivamente (datos que representan un 1,24 y 1,21 respecto a su altura). Mo Farah alcanzó una frecuencia de 200 pasos por minuto y 226cm (1,31), algo que quizá no le habría valido el oro si no fuera porque Joshua Cheptegei empezó la última vuelta en una posición muy rezagada. De hecho, se puede observar que Cheptegei acabó más rápido el último 400 pero de nada sirve esprintar tanto si empiezas tarde.

Quizá este detalle con respecto a Cheptegei fue la premonición de lo que lo ocurriría a Mo Farah luego en el 5000. Sin esa punta de velocidad ahora que es más maratoniano, Mo necesita empezar el último 400 con una ligera ventaja. Si no es así… se le puede ganar. Y esto es lo que hizo Muktar Edris que a falta de 600 metros corría en 4ª posición (Mo, 1º) pero al toque de la campana estaban completamente emparejados (solo una centésima les separaba, nada que ver con las 62 que había entre Mo y Cheptegei en el 10.000). Aunque Mo cerró el 5.000 en 52”80, no fue suficiente para batir a Edris (52”38). Los tiempos en el 10.000 fueron de 55”60 para Mo y 55’41” para Cheptegei.

Esto también le pasó a Siffan Hassan en el 5000. La holandesa fue la más rápida en el último 400 (58”21) y en último 1000 (2’42”04), pero estando lejos de la cabeza sólo pudo ser tercera.

Espero que estos pequeños datos os hayan gustado y que la próxima vez que veáis un gran campeonato podáis apreciar esos pequeños detalles que no se ven a simple vista. Porque esto de correr parece muy sencillo pero tiene un millón de pequeños detalles que lo hacen enorme y complejo.

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