Cuando se acerca un gran campeonato, los atletas kenianos saben que tienen que jugar muy bien sus cartas. A los compromisos habituales con la Diamond League (donde los atletas más importantes consiguen un buen pellizco de dólares), se suma a veces el campeonato nacional y, por supuesto, los trials.
El campeonato nacional es una competición burocrática que se celebra durante el mes de junio. Los atletas que participan en él representan a sus respectivos clubes kenianos (Police, Prisons, Kenya Defence Force, etc) o a su región, si antes han participado en los campeonatos regionales y han conseguido clasificarse.
A efectos prácticos, ser campeón de Kenia no sirve para mucho pero los clubes se encargan de sumarle interés. Un campeón puede obtener un ascenso, o más permiso para entrenar, o un premio en metálico que no es demasiado grande pero que ayuda a sumar. Es por esta razón que a veces sorprende ver incluso a Asbel Kiprop en la línea de salida de una competición que no necesita.
Pero otra cosa son los trials; aquí es donde se parte el bacalao y los atletas lo saben. Quitando las pruebas donde Kenia no es una potencia mundial, en los trials sólo participan atletas con mínima de la IAAF. Y las condiciones para quedar seleccionado son sencillas: los dos primeros, clasificados directamente y el tercero… a criterio técnico. No es un sistema tan rígido como el estadounidense pero se asemeja bastante. Porque para ser seleccionado sin quedar entre los tres primeros necesitas tener un nombre que imponga muchísimo.
Lo habitual es que estos trials se celebren en Nairobi, ya sea en el estadio de Kasarani o en el llamado Nyayo, ambos dotados de pista de tartán de 8 calles y con graderío completo. En 2016 la federación se aventuró a celebrarlos en el estadio Kipchoge de Eldoret y se desbordó. Aunque el estadio sólo disponía de gradas en la recta de meta, el resto del círculo estaba más o menos preparado para que los asistentes pudieran sentarse cómodamente en la hierba. Y así lo hicieron, pero fueron tantos miles que llegó un momento en el que cerraron las puertas y no dejaron entrar a nadie más.
En Nairobi, por desgracia, la imagen es un poco desangelada. Mientras que en Eldoret la afición al atletismo es absoluta, en la capital hay partidos de fútbol que reúnen a más seguidores dentro del estadio. Pero al menos nos queda la televisión.
Los trials de Kenia se televisan íntegramente y en abierto. No se puede decir que la calidad de la imagen ni la destreza del realizador sean las adecuadas al evento, pero lo cierto es que se televisa y sin apenas anuncios. Las distracciones habituales son las entrevistas a algunos personajes de la federación y a algunas glorias pasadas, así como millones de planos del público, pero se ofrecen imágenes de las carreras y de los concursos suficientes para poder ver la evolución. Lo que no existe, y de verdad se echa de menos, es la información sobre impresa en la pantalla tal como el tiempo transcurrido o la distancia saltado o lanzada. Qué le vamos a hacer, no se puede tener todo.
Lo que sí existe es una diligencia voraz a la hora de presentar qué atletas quedan clasificados para el campeonato del mundo o los Juegos Olímpicos. Con sólo unos minutos de deliberación, el equipo se anuncia en el propio estadio una vez ha terminado la última de las pruebas. Aunque, como es lógico, a veces existen reclamaciones o visitas al despacho y algunos cambios todavía son los posibles en las próximas horas y días.
Así son los trials de Kenia. Una competición de altísimo nivel que se celebra en altitud (a 1700msnm si es en Nairobi y a 2000msnm si es en Eldoret) y donde el aspecto técnico de la realización es escaso pero el nivel ofrecido por los atletas es a veces incluso mayor que el de un campeonato del mundo. No creo que merezca la pena viajar hasta Kenia sólo para ver este espectáculo pero si por casualidad estás por ahí cerca cuando se celebran… no dejes pasar la ocasión (especialmente si son en Eldoret, pero llega pronto o te cerrarán la puerta de entrada como en una obra de teatro que ya ha empezado).