Automasaje en frío: Cold roller

Automasaje en frío: Cold roller

Todos conocemos los beneficios del hielo para relajar la musculatura después de un esfuerzo intenso así como lo descargadas que quedan nuestras piernas si nos aplicamos un automasaje al terminar una sesión de series o de gimnasio. Entonces, ¿por qué a nadie se le ocurrió antes la idea del Cold Roller?

La empresa americana Trigger Point Performance Therapy se dio cuenta de que colocar un botellín de agua en el congelador para luego restregarlo por los cuádriceps o los gemelos era algo prehistórico además de incómodo y se rompió la cabeza en crear una versión moderna de este instrumento.

El Cold Roller no es más que un tubo convexo metálico que contiene un gel patentado en su interior y unas ruedas de patín de línea a los lados. Es el súmmum de la sencillez y sus instrucciones son a prueba de catetos: hay que colocar el Cold Roller un mínimo de dos horas en el congelador de casa, limpiarle la escarcha antes de usarlo y evitar hacerlo rodar en superficies que pudieran dañar las ruedas. En cuanto al automasaje, consiste en rodar el músculo a tratar (cuádriceps, isquitibiales, gemelos, fascia lata, glúteos, incluso el dorsal ancho) desde el origen hasta el final y sin detenerse en ningún momento para evitar las quemaduras por frío.

Tras probarlo, hay que reconocer que te quedas como nuevo. Si os gustaba la sensación de colocar las piernas en una bañera de agua con hielo al terminar de correr, esto es mucho mejor. Al beneficio del frío se le añade el del masaje y, a diferencia de la bañera, hay una parte muy masculina que no se va a “congelar”.

Para los menos aventureros, existe la versión no congelada. Se llama Quadballer y en lugar de metal está recubierto de tela. Tiene la misma forma y la misma función, pero sin el plus del frío.

Precio Cold Roller: 99 dólares (75 euros)

Precio Quadballe: 60 dólares (45 euros)

Más info: http://tptherapy.com/

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