En las páginas de Tendencias de La Vanguardia del día 21 de mayo de 2013 (aquí la versión online) se comentaba este estudio y la entradilla ya empezaba mal: “ventajas de caminar: es tan saludable para el corazón como correr y no daña las articulaciones”.
Quizá no daña las articulaciones pero escribirlo así parece indicar que correr sí las daña. La verdad es que caminar y correr son muy diferentes y, por ejemplo, correr favorece la extensión de cadera mientras que caminar no lo hace. Y aquí me quiero centrar en este artículo.
La extensión de cadera es la capacidad de llevar el muslo hacia atrás, por detrás de la vertical del tronco. Para entenderlo mejor, es la posición inversa a llevar el muslo hacia delante (por ejemplo levantar la rodilla). Esta posición, aparentemente poco importante, es la que puede degenerar hasta encorvar nuestro tronco y demostrar que tenemos 'reuma'.
Caminar requiere extender mucho el tobillo mientras que correr necesita menor movilidad del tobillo a la vez que favorece la extensión de la cadera y la flexión de la rodilla. Por lo tanto, si ves que tu cadera se está quedando tiesa… ¡¡¡a correr!!! (Aunque hay que empezar poco a poco y mejor con asesoramiento).