Hace años que los soft flask irrumpieron en el mercado del running –más bien del trail running– en detrimento de los clásicos bidones de hidratación “ciclistas”. Por su volumen, ligereza y, sobre todo, por su maleabilidad y adaptación al líquido que contiene en cada momento, el soft flask se ha impuesto como principal sistema de hidratación para los corredores. Una vez ingerimos el agua o la bebida que carguemos, se puede plegar y guardar fácilmente para continuar nuestra marcha. Pero uno de sus grandes problemas, seguramente su principal hándicap, es la distorsión del sabor del líquido que contiene, es decir, el sabor a plástico de los soft flask en el momento de hidratarnos. Ese saborcillo desagradable que nos deja después de cada sorbo.
Si bien hay fabricantes que han logrado minimizar esa sensación, lo cierto es que para la mayoría de marcas sigue siendo uno de los aspectos a solucionar. Pero no está todo perdido. Y es que podemos recurrir a diversos remedios caseros que, en un momento dado, pueden terminar con este problema. Uno de ellos, y no demasiado aconsejable, es el de lavar los soft flask con lejía. Realmente, no termina con el problema y, además, la solución puede ser más perjudicial que el propio problema, ya que en la próxima salida con nuestro soft flask podemos incluso percibir cierto gusto a la propia lejía.
Así, vamos a ver tres posibles soluciones más saludables y eficaces.
Lavarlos con bicarbonato de sodio y jugo de limón
La idea es llegar el soft flask con agua caliente y, a continuación, añadir jugo de limón exprimido. Después dos cucharadas de bicarbonato de sodio. Cerramos bien el depósito, agitamos durante unos segundos y lo dejamos reposar durante 6-8 horas. Después lo vaciamos y lo enjuagamos con agua un par de veces. Este método es de los más eficientes, ya que el saborcillo a plástico se sustituye por el gusto a limón, que es más agradable. Y puedes repetirlo tantas veces como quieras sin dañar el producto.
Lavarlos con bicarbonato de sodio y vinagre
Del mismo modo que con el método anterior, podemos llenar el soft flask con agua caliente y un chorrito de vinagre blanco. Lo agitamos durante unos segundos y después añadimos bicarbonato de sodio (media cucharada). Volvemos a agitar y dejamos reposar durante 2-3 horas. Por último, enjuagamos un par de veces con agua del tiempo.
Lavarlos con pastillas para dentaduras postizas
Para muchos corredores, esta es la solución más efectiva para eliminar el sabor a plástico de los soft flask. El proceso es el mismo que en los dos remedios anteriores: llenar el soft flask con agua caliente, introducir una pastilla desinfectante para dentaduras postizas, dejar unos minutos hasta que la pastilla se disuelva, después agitar unos segundos y, por último, vaciar el depósito. Del mismo modo que comentábamos antes con el limón, si las pastillas tienen sabor a naranja o menta, es posible que también se quede un regustillo en el soft flask.