¿Cómo vestirse para correr?: el sistema de las tres capas

¿Cómo vestirse para correr?: el sistema de las tres capas

Con la llegada del otoño las temperaturas empiezan a bajar, en especial a primera y última hora del día. Y con ello tenemos la necesidad de salir a correr abrigados correctamente. Es importante mantener siempre el cuerpo con la  temperatura adecuada, entre 36.5º y 37º. Si no llevamos la ropa adecuada que no nos aísle lo suficiente o que no nos permita una correcta evacuación del sudor, nos iremos enfriando y, además de tener más posibilidades de resfriarnos, nuestro rendimiento disminuirá. Para evitar esto, debemos tener en cuenta siempre que salgamos a correr (o practicar cualquier otro deporte) el sistema de las tres capas: una primera capa para eliminar la humedad, una segunda para mantener calor y una última capa que nos proteja del frío, la lluvia o el viento.

Primera capa

También conocida como "segunda piel". El motivo es porque es la que está en contacto directamente con la piel. Debemos elegir una prenda que se ajuste al máximo al cuerpo, para evitar que pueda colarse el aire, y de un tejido capaz de evacuar el sudor. Con el frío, el sudor, si no se evapora correctamente, al entrar en contacto con el aire frío del exterior se condensa y nos moja la piel y acabaremos por "sentir frío".

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Un tejido que actúa bien como primera capa sería el poliéster o la poliamida. Estos materiales sintéticos no absorben la humedad si no que la expulsan al exterior evitando que entre en contacto con la piel y permite a nuestro cuerpo regular la temperatura fácilmente. Otro punto a favor de este tipo de materiales es que se secan muy rápido por lo que no tendremos la sensación de estar corriendo con la camiseta "pegada" por el sudor. Existen prendas que están hechas de lana de merino que absorbe muy bien la humedad y además evita los malos olores.

Capa intermedia

Esta segunda capa es la encargada de aislarnos térmicamente del exterior. Su función principal es evitar la pérdida del calor que genera nuestro propio cuerpo al hacer ejercicio. Elegir una capa intermedia adecuada en función de la condiciones climáticas tiene su qué, porque si pasamos calor, sudaremos y dejará de aislarnos correctamente y la humedad que retenga nos dará sensación de frío.

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Si realizamos una actividad de alta intensidad y si no hace frío no es necesario utilizar una capa intermedia. Si solemos correr por la montaña, no está de más llevar en nuestro chaleco/mochila una camiseta o chaqueta que nos podamos poner al parar o por si cambia el tiempo. Con temperaturas más bajas nos decantaremos por una chaqueta de material sintético, ya que son muy ligeras y capaces de retener el calor.

Última capa

La última pieza del sistema de las tres capas es la encargada de protegernos de la humedad exterior y el viento, a la vez que facilita la evacuación del sudor. Esta última capa es la que habitualmente llamamos cortavientos. Aunque deberíamos también incluir chaquetas con membrana Softshell y las impermeables. Las primeras, como su nombre indican, nos protegerán básicamente del viento pero no de la lluvia. En cambio, las que tienen membrana Softshell, además de transpirar bien son capaces de aislarnos en caso de lluvia ligera. Por último, las chaquetas impermeables son transpirables y capaces de repeler el agua. Pero no todas son igualmente permeables o transpirables. Para medir la impermeabilidad de una prenda se realiza mediante el test de columna de agua o índice Schmerber. Este test mide (en mm) la resistencia de un tejido a la presión del agua. A partir de 2500mm ya se considera que un tejido es impermeable.

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El sistema de tres capas deberemos adaptarlo tanto a las condiciones meteorológicas como a la intensidad del ejercicio. Por ejemplo si hace calor, necesitaremos simplemente una prenda que sea capaz de evacuar el sudor o como mucho, si llueve o hace viento, una capa externa que nos proteja.

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