El jet lag es un conjunto de síntomas que el cuerpo experimenta por culpa de un desfase en los ritmos circadianos: fatiga, hambre, deshidratación, sueño no reparador, irritabilidad, molestias digestivas… Estos ritmos circadianos son los que dominan nuestro reloj interno y que se basa en las horas de sol y las horas de oscuridad. Si viajamos cruzando varias franjas horarias, el cuerpo se desequilibra y tarda en adaptarse, de manera aproximada, un día por cada franja horaria que se ha cruzado.
Aunque estos síntomas afectan de manera particular a cada persona, hay varios consejos que deberías seguir si quieres minimizar sus efectos:
· Antes de viajar:
o Adaptar tu rutina al horario de destino (si viajas al este, acostarte antes de lo habitual; si viajas al oeste, retrasar la hora de ir a dormir).
· Durante el viaje:
o Coloca el reloj con la hora de destino y adapta tus hábitos a él (si en el destino es de noche, intenta dormir; si es de día, mantente despierto).
o Evita el alcohol y bebe más agua o zumos para evitar la deshidratación.
o No comas más de la cuenta.
· Al llegar al destino:
o Sal a caminar si es de día, que te toque el sol (así le indicas a tu cuerpo que ese es el nuevo horario a seguir).
o Evita las siestas o, en todo caso, limítalas en duración (nunca más de una hora).
o Entrena de manera suave los primeros días, tu cuerpo lo agradecerá.
Por último pero no menos importante: confía en tu preparación previa; las últimas noches antes de competir no afectarán negativamente a tu resultado si has trabajado correctamente y has descansado bien. Entonces… ¿te apuntas ya a una maratón lejana?