Muchos de los corredores de hoy en día salen a correr con la intención de perder peso y quitarse esos kilitos que les sobran. Algunos por consideración propia y otros por prescipción médica para perder peso y tener una vida más aludable.
La verdad es que todo lo que sea hacer un gasto calórico superior al aporte –es decir, que lo que gastamos supere a lo que comemos– casi siempre hará que perdamos peso. Cualquier deporte puede servir. Incluso la actividad física o ejercicio, tan sólo subir y bajar escaleras durante 30 minutos ya nos permitirá quitarnos algunos gramos, siempre que vigilemos lo que comemos. Por tanto, el running también puede servir para adelgazar. “Puede”.
A algunas personas no les habrá servido como mecanismo para hacerlo porque todo depende de factores condicionantes.
Habiendo aclarado esto, te indicamos algunas de las razones de por qué no lo estás consiguiendo.
¿Cuánto tiempo o kilómetros corres?
Correr solamente 5 o 10 minutos no sirve. Tienes que aumentar el tiempo y correr más kilómetros para perder peso. Y todavía funciona menos si no modificas el hábito de la alimentación. Porque si durante el día te alimentas a base de comida basura, fritos o bollería y dulces, lo que pierdas corriendo lo ganarás comiendo.
Para tener una pérdida de peso efectiva deberías correr al menos unos 30 minutos al día tres veces por semana, además de mantener un estilo de comidas saludable, vigilando y comiendo saludablemente.
¿Qué quieres perder, músculo o grasa?
Corriendo no vas a conseguir perder grasa, si no que la transformarás en músculo. El ejercicio es lo que tiene, no hace milagros… y no te desesperes si no ves como la aguja de la báscula baja a medida que pasan las sesiones, porque el músculo pesa más que la grasa. Te verás más saludable y más en forma, con el cuerpo más tonificado y perderás volumen.
¿A qué intensidad corres?
Es un aspecto fundamental. Correr durante 30 minutos a una intensidad baja no es lo mismo que correr durante 30 minutos a intensidad media-alta, más bien se parecería a caminar durante esos minutos. Aunque corriendo a un ritmo suave puede hacer que pierdas algo de peso durante las primeras semanas, el cuerpo se acostumbrará a cierta actividad y luego costará mucho más reducir tallas. Y es que correr deprisa quema más que correr despacio.
Si al principio de empezar a correr no aguantas un ritmo constante elevado, simplemente haz lo que puedas. ¿Que sólo aguantas 300 metros y después vas a trote? Bienvenidos sean esos 300 metros.
¿Cómo recuperas?
Si corres durante 1 hora y quemas cerca de 600 calorías –no os toméis la cifra a pecho, es un ejemplo- luego no arrases la despensa ni la nevera, y tampoco abuses de las bebidas carbonatadas y azucaradas. Por mucho que hagas, si luego no comes lo que debes comer para recuperar, todo lo hecho no habrá servido de “casi” nada –servirá para pasar el rato-.
Además, también debes comer para recuperarte y sentirte bien, sino al siguiente día de entreno estarás cansado, agotado y no querrás o podrás volver a salir a la calle.
Así que la alimentación en la fase de recuperación es esencial que sea lo más adecuada posible y que comas lo más sano posible dentro de los 45 minutos en que la ventana metabólica está abierta y es más sencillo asimilar los nutrientes.