Cuidado con el chip de cronometraje

Cuidado con el chip de cronometraje

Durante todo el año se celebran carreras de asfalto cronometradas con los famosos chips (amarillos u otros) pero ahora es tiempo de maratones y cuanto más larga es la carrera más cuidado hay que tener con la colocación de estos artilugios. Os puedo asegurar por experiencia que incluso algunos deportistas de élite han sufrido las consecuencias de una mala colocación del chip.

El chip es un dispositivo que permite el cronometraje individual de cada corredor, desde el momento en que pasa por la alfombra de la salida hasta que cruza la de la llegada, así como todas las alfombras intermedias que se encuentre, dando por lo tanto los detalles parciales y, en ocasiones, en tiempo real.

Para su correcto funcionamiento, el chip debe pasar lo más cercano posible a la alfombra (si se lleva  en la mano es indetectable)  pero no necesariamente hay que llevarlo atado al pie. Tradicionalmente, se llevaba atado a los cordones de las zapatillas y todavía encontraréis a muchos atletas que lo llevan ahí, pero no os lo recomiendo.

Los cordones se sitúan en el empeine y su función es atar la zapatilla de la manera más uniforme posible, a la vez que permiten el libre movimiento de todas las articulaciones del pie. Colocar el chip tanto en la parte del nudo como en la zona más baja de los cordones puede producir una irritación de los tendones que pasan por ahí por la continua flexión-extensión de las articulaciones del tobillo y de los dedos, respectivamente. Con el paso de los kilómetros, esta irritación nos obligará a parar o nos causará una tendinitis en los próximos días, especialmente si la carrera es muy larga. Existe, por lo tanto, la posibilidad de colocar el chip en la zona media del cordaje ya que apenas se flexiona, pero aunque sea más segura yo no me arriesgo.

Entonces, ¿cómo lo colocamos? En algunas carreras, a los corredores se les facilita una pequeña brida para que lo aten a los cordones sin que quede entrelazado con ellos. En ese caso, la brida pasa entre los cordones y ata el chip por fuera, llevándolo suelto como su fuera un cascabel. Es un método muy cómodo y efectivo, pero se necesitarán unos alicates para recuperar al chip al terminar la carrera.

Por último, existen en el mercado varias correas diseñadas exclusivamente para llevar el chip atado en la zona del tobillo y éstas son las que yo os recomiendo. Estas correas, con velcro, se ajustan a la perfección y los relieves óseos del final de la pierna (los maleolos) evitarán que se desplace hacia abajo incluso si las apretamos poco. Además, suelen llevar la zona interna recubierta de neopreno para evitar que la tira de velcro irrite la piel, algo que podría llegar a pasar con el paso de los kilómetros.

Lo cierto es que hay varias marcas en el mercado y todas dan buenos resultados, por lo que te recomiendo que pases por una tienda especializada para ver cuál te gusta más o que sea una de tus compras en la próxima feria del corredor a la que asistas.

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