¡Cuidado con lo que piensas!

¡Cuidado con lo que piensas!

Para todos aquellos corredores que, como tu yo, salimos a trotar sin música, puedo afirmar que los pensamientos son nuestros fieles compañeros. Algunos días nos atamos las zapatillas y empezamos nuestra actividad sin mucha lucha interna. Otras veces “nuestro diablillo” –nuestra voz interior- nos sabotea extremamente.

Intentaré darte algunos consejos para ayudar a gestionar tu yo interior y que de esta manera te ayude a trabajar en pos de tus objetivos. Recuerda que leyendo el artículo solamente no tendrás nada que hacer. La teoría es más fácil que la práctica. Así que lee y luego no te canses de practicar.

OBSERVACIÓN 1: tus pensamientos son reales. No digo verdaderos, ni justos, sino reales. Luego tienen un impacto real en cómo te sientes y cómo actúas. Tus pensamientos son importantes.

Tómate unos segundos para entender esta frase. Es clave.

OBSERVACIÓN 2: puedes actuar sobre tus pensamientos. Tienes opciones. No estás obligado a seguirlos. Puedes moldearlos en función de lo que necesites.

Tómate unos segundos para entender esta frase. Es clave.

Una vez aclaradas estas ideas, te propongo un ejercicio de autobservación para convencerte de lo importante que es pensar adaptativamente.

EJERCICIO 1: fíjate cómo afecta a tu cuerpo en carrera esos momentos en los que estás hablándote a ti mismo de forma negativa. Fíjate si estás más tenso, con la respiración más agitada, con sensación de pesadez o falta de energía… Fíjate si ese malestar dura hasta pasadas unas horas.

EJERCICIO 2: fíjate cómo afecta a tu cuerpo en carrera esos momentos en los que estás hablándote a ti mismo de forma positiva/útil. Fíjate si te sientes más enérgico, ligero, expandido, sin dolor…

Ahora dime, ¿cuál de las dos situaciones escogerías para tu primera maratón? Recuerda que estamos diseñados para responder maravillosamente a las amenazas y los pensamientos negativos no son más que un reflejo de ello. Por eso es tan difícil gestionarlos. El secreto radica en discernir qué es una amenaza real de lo que no y saber que podemos elegir, que no hace falta que le hagamos caso a nuestros pensamientos.

Sabiendo esto, diseña un plan y empieza a hablarte de la manera que consideres más beneficiosa para tu cabeza y para tus piernas. Una mentalidad de hierro se construye con grandes frases que repiqueteen en tu mente. Eso y mucho entrenamiento.

Recuerda: para correr más y mejor, lo que pienses y como lo pienses, ¡cuenta!

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...