La industria del calzado deportivo está en constante evolución, y los corredores siempre están buscando nuevas formas de mejorar su rendimiento y comodidad. Una de las “innovaciones” que lleva tiempo con nosotros es el concepto de "drop cero" en las zapatillas de correr, sobre todo desde el boom del minimalismo, a raíz de la publicación del famoso libro Born to Run de Christopher McDougall, en el año 2011. En este artículo exploraremos qué significa el drop cero, cómo influye en la forma de pisar y si todos los runners estamos preparados para calzarnos unas cero drop.
¿Qué es el drop cero?
El término "drop" se refiere a la diferencia de altura entre el talón y la punta de una zapatilla. Tradicionalmente, las zapatillas de correr tenían un drop promedio de 10-12 mm, lo que significa que el talón estaba elevado en relación con la punta. Sin embargo, el drop cero implica que no hay diferencia de altura entre el talón y la punta. Esto proporciona una sensación más natural y similar a correr descalzo.
El drop cero busca imitar la forma en que los seres humanos han evolucionado para moverse, fomentando una pisada más natural y eficiente. Al correr con un drop cero, se promueve el aterrizaje en la parte media o antepié en lugar de hacerlo con el talón.
¿Cómo va a cambiar mi forma de correr si elijo unas zapatillas cero drop?
El drop cero influye significativamente en la forma en que pisamos al correr. Al favorecer aterrizar con el antepié o mediopié, en lugar de hacerlo con el talón, se modifica nuestra técnica de carrera.
Este tipo de pisada reduce el impacto en las articulaciones y ciertos músculos, disminuyendo el riesgo de lesiones comunes, como la fascitis plantar o la tendinitis.
El drop cero también estimula una mayor activación de los músculos de la pantorrilla y el pie, ya que se requiere un mayor esfuerzo para absorber el impacto y propulsarse hacia adelante. A largo plazo, esto puede fortalecer la musculatura de las extremidades inferiores y mejorar la resistencia, lo que a su vez puede traducirse en un mejor rendimiento atlético.
Pero en contraposición, este mayor esfuerzo para absorber el impacto puede traer de la mano otro tipo de sobrecargas y lesiones si no se hacen las cosas bien y con sentido común.
Zapatillas cero drop: ¿son para mi?
La transición al uso de zapatillas con drop cero puede ser un proceso gradual que requiere de paciencia y adaptación.
Debido a que la mayoría de las zapatillas convencionales tienen un drop más alto, los músculos y las articulaciones pueden necesitar tiempo para ajustarse al cambio. Es esencial realizar una transición gradual y progresiva, permitiendo que el cuerpo se adapte a la nueva forma de pisar.
Además, es importante tener en cuenta las características individuales de cada corredor. Algunos corredores pueden beneficiarse más del drop cero según su tipo de pisada y su estilo de carrera. Aquellos con una técnica de pisada más natural y una mayor flexibilidad en los tobillos pueden encontrar una transición más fluida y experimentar los beneficios de manera más inmediata.
Sin embargo, otros corredores pueden requerir un período de adaptación más prolongado y pueden necesitar la orientación de un podólogo deportivo especializado en biomecánica para realizar una transición segura y efectiva al drop cero, y otros directamente no se adaptarán.
Así pues, con todo lo explicado, para unos corredores, el hecho de utilizar zapatillas de correr con drop cero será toda una revolución y se podrá aprovechar de los beneficios que nos puede aportar correr con ellas, y para otros será un mito más en la eterna promesa de encontrar una zapatilla que nos libere de correr sin sufrir lesión alguna.