Nuestro deporte es muy simétrico pero, a la vez, casi nunca trabajamos con las dos piernas al unísono. Por lo tanto, ¿Por qué entrenarlas juntas cuando hacemos sentadillas? Es mucho más eficaz (y menos traumático) entrenar la sentadillas con una sola pierna.
El primer beneficio es que nos ayuda a mejorar el equilibrio. No se trata de estar a la pata coja pero la pierna que no trabaja está apoyada en un escalón detrás y casi no soporta el peso del cuerpo. Este desequilibrio, además, necesita el trabajo del “core” para mantener nuestro cuerpo estable por lo que ya aparece otro beneficio.
En cuanto a la carga, es necesario mover menos kilos que en la sentadilla estándar y eso ayudará a nuestras lumbares porque soportarán menos peso. De todos modos, no pienses que reducir la carga al 50% y trabajar a una pierna es el mismo ejercicio. ¡Hay que sumar el peso de la pierna que no trabaja! Por lo tanto, empieza con cargas del 30 o 35% que usas con la sentadilla clásica.
Y por último, piensa que al adelantar mucho la pierna que trabaja (manteniendo la posición de una zancada), la articulación femoro-rotuliana sufre mucho menos que con la sentadilla normal.
¿Te parece o no te parece una modificación necesaria en tu rutina de entrenamiento?