El cuerpo del corredor
¿Te has fijado que la mayoría de maratonianos de élite tienen las mismas un cuerpo similar? ¿eres como ellos? La antropometría es la ciencia que estudia las medidas corporales pero algunas diferencias saltan a la vista sin necesidad de cinta métrica. Un cuerpo de velocista es diferente del de un maratoniano, pero ¿sabes dónde están las diferencias?
El cuerpo de cada corredor es muy diferente. El maratoniano suele ser más delgado que el velocista; en antropometría el nombre técnico es ectomórfico. Aunque parezca un insulto, su definición es la de un cuerpo con extremidades largas y escasez de músculo. El velocista, en cambio, es mesomórfico: musculoso y sin acúmulo de grasa. Dos somatotipos muy diferentes que reflejan las habilidades de cada uno.
Aunque el maratoniano tenga las extremidades alargadas, su altura rara vez supera el 1’70 (dentro de los élites) porque a mayor altura, mayor dificultad para refrigerar el cuerpo. Uno de los factores limitantes a la hora de correr es el incremento de la temperatura corporal, motivo por el que el cuerpo suda. Por esta razón, cuanto más pequeño sea el cuerpo, más fácil es refrigerarlo.
Entonces… ¿el mejor maratoniano es el más bajito? No. Es mejor no ser alto, pero dentro de los bajos será mejor el que tenga las piernas más largas. Y también es importante tener la cadera estrecha (esto es de vital importancia entre las mujeres que corren). Por lo tanto, en resumen, tienes cuerpo de maratoniano si eres bajo pero con las piernas largas y, lo más importante, tus extremidades son delgadas (especialmente la zona del gemelo).