El deporte, una actividad de lujo para el fisco español

El deporte, una actividad de lujo para el fisco español

Imposible Vivir Así (IVA). Es lo que decía un viejo chiste cuando apareció este impuesto en España. Un cuarto de siglo después, lo rescatamos para denunciar una situación injusta para el deporte y la salud.

La pregunta está en al aire y la indignación es más que comprensible. Si las autoridades sanitarias recomiendan el deporte y la actividad física como prevención de enfermedades, ¿por qué las empresas que ofrecen servicios deportivos tienen un impuesto de objeto de lujo?

Lo curioso es que una actividad tan esencial como el deporte tenga el máximo IVA posible (21%), muy por encima del reducido (10%) y del superreducido (4%). La ley no escrita de que cuanto más básica es la necesidad de un producto, menor es el IVA que se le aplica, se rompe en añicos con el deporte. Hay que tener en cuenta que el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) es el impuesto indirecto por excelencia y grava el consumo que realizan todos los ciudadanos, independientemente de su renta.

Más paradójico aún es que por apuntarse a un gimnasio o inscribirse a una carrera se paga el mismo IVA (21%) que por comprar tabaco o bebidas alcohólicas. O pongamos ojos ejemplo: se paga más IVA por utilizar instalaciones deportivas que por ir como espectador a una corrido de toros o a un concierto.

No es solo una cuestión económica, sino de salud pública. Se trata de un sector que tiene un impacto directo en la salud de las personas. El deporte es una inversión. Ya no solo a nivel físico, sino mental y emocional. Y de eso no hay ninguna duda. Según un informe del Consejo Superior de Deportes, cada euro invertido en actividad física representa un ahorro de 2,9 euros en gasto público sanitario y farmacéutico, al reducirse el riesgo de padecer enfermedades.

Lo curioso es que en España se reformó el IVA en 2012. Y el tipo impositivo aplicado a los “servicios prestados a personas físicas que practiquen el deporte, relacionados con dichas prácticas y que no estén exentos”, pasó del tipo reducido (en esa fecha todavía del 8%) al tipo general del 21%.

"Somos un sector esencial que prestamos un servicio que mejora la salud de las personas, pero no se nos trata como tal. Pedimos algo muy razonable: que la práctica de ejercicio físico deje de considerarse una actividad de lujo imputada con un IVA del 21%, el tipo impositivo máximo que hay en nuestro país. solicitamos que se baje este impuesto a los servicios que prestamos en nuestras instalaciones, dado que paradójicamente somos de todos ellos el único directamente vinculado a la salud", declara a El Mundo Adolfo Ruiz Valdivieso, presidente de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID).

Si a este elevado impuesto le sumamos los efectos devastadores de la pandemia, con gimnasios afectados por continuos cierres y limitaciones, la situación actual es dramática. Con una caída de la facturación del 53% y el riesgo de que el 44% de los centros se vean abocados al cierre, el sector de las instalaciones deportivas atraviesa un momento muy crítico.

A modo de conclusión, es paradójico que hacer deporte se considere una actividad de lujo desde el punto de vista impositivo, cuando debería ser considerada una actividad esencial.

Dicen que le alcohol y el tabaco perjudican seriamente la salud. ¿Y el IVA? ¿Acabará perjudicando también la salud? Imposible Vivir Así.

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