El nervio ciático

El nervio ciático

Mide dos centímetros de grosor en su comienzo y uno de sus puntos más conflictivos es su paso por detrás del músculo piramidal (debajo del glúteo mayor). A esa altura puede sentirse presionado y producir dolor en toda la cara posterior del muslo, llegando incluso a la rodilla y a la pantorrilla.

Justo por encima de la rodilla se divide en dos, el nervio tibial y el nervio peroneo (antes se llamaba ciático poplíteo externo). El primero baja por la cara posterior de la pierna mientras que el segundo se dirige a la cara anterolateral. El primero lleva la inervación a los músculos que flexionan el pie (ponerse de puntillas) y el segundo a los que lo extienden (levantar los dedos del pie).

La lesión del nervio ciático se caracteriza por un dolor persistente que es difícil de describir. Algunos pacientes dicen tener la pierna como de corcho, con falta de sensibilidad. La falta de fuerza para flexionar la rodilla o la dificultad para caminar también son características. Y si se presiona el nervio, el paciente siempre refiere dolor.

El tratamiento irá en función del grado de incapacidad que muestre el paciente. Es raro que se haya roto el nervio (lo más normal es una ligera compresión), así que lo habitual será el reposo relativo, la relajación de los músculos adyacentes y la movilización suave del nervio, una técnica llamada neurodinámica.

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