El trabajo de un diseñador de zapatillas no comienza con un folio en blanco (o una pantalla, si queremos actualizar el clásico). Los mayores diseñadores insisten en que la inspiración llega tras recibir nuevos estímulos, nuevas informaciones. La imagen de un diseñador sentado frente al ordenador debería cambiarse por la de un diseñador cargando con su maleta.
En el calzado casual es muy sencillo encontrar tus fuentes de inspiración, ya que la funcionalidad es un extra, no el motivo principal. Así encontramos zapatillas inspiradas en el caballo de Pipi Lastrum, la feria del pueblo o la última película de acción. Las zapatillas de running deberían estar centradas en el rendimiento, pero muchas de esas innovaciones también tienen su historia.
Nike se creó cuando el que fuera fundador de Nike, Bil Bowerman, aún trabajaba como importador de Onitsuka Tiger. Bowerman, importó también desde Nueva Zelanda el fenómeno del footing como una actividad beneficiosa para las masas. Correr ya no era algo que hacían los atletas sino un modo de mejorar la vida de todos. Pero encontró que no había zapatillas que sirvieran para el que quería trotar un rato después de trabajar, todas estaban diseñadas para atletas livianos y veloces.
En uno de sus primeros grupos de corredores que se hacían llamar "joggers", alguien dijo que su zapatilla ideal sería blanda como la chancla de baño que usaba en las duchas del gimnasio. Bowerman se puso manos a la obra y creó una zapatilla mítica… inspirada en una chancla de baño. El primero prototipo de la Cortez venía directamente de destrozar una chancla de baño.
Siguiendo con Bill Bowerman, otra de sus grandes innovaciones fue la suela con tacos, la misma que hoy vemos en cada zapatilla de running. ¿Cómo surgió? Mientras su señora estaba en misa una mañana de domingo, Bill creyó encontrar la solución al agarre de las zapatillas en el gofre que estaba desayunando. Unas horas mas tarde la máquina de gofres de Bárbara Bowerman estaba destrozada… pero los corredores le estarían agradecidos para siempre.
Imagen de la máquina de hacer gofres de Bill Bowerman
Pero Bill no se quedó ahí. Además de fundar Nike y convertirse en seleccionador del equipo estadounidense de atletismo de los Juegos Olímpicos de 1972, Bowerman estaba atento a cualquier detalle para solucionar los problemas que surgían en las zapatillas para correr. La llegada del hombre a la luna en 1969 le hizo pensar en un modelo que te hiciera sentir tan ligero como un astronauta sobre la superficie lunar. Lo más parecido que pudo fabricar fue la Nike Moon. La gravedad sobre la luna se mantiene igual que en 1969, pero los avances tecnológicos hacen que hoy esa misma inspiración ha conseguido que Nike desarrolle hoy la amortiguación Lunar. Casi cuarenta años después, para buscar inspiración las marcas siguen mirando a la luna.