El síndrome compartimental

El síndrome compartimental

Los músculos de los miembros inferiores están divididos en compartimentos. En el muslo, existe el compartimento anterior (donde está el cuádriceps), el posterior (isquiotibiales) y el medial (aductores). En la pierna, también existen tres compartimentos: anterior (tibial anterior y extensores de los dedos), posterior (gemelos y sóleo) y lateral (peroneos).

Cada compartimento está recubierto por fascias, que son tejidos muy densos y prácticamente imposibles de extender. Esta característica es la causante del dolor en el síndrome compartimental: se produce una inflamación y no hay espacio para ella.

El más común es el del tibial anterior y el dolor suele presentarse de manera intermitente pero casi sin descanso. El músculo, o alguna otra estructura dentro del compartimento, ha aumentado de tamaño y al estar encerrado por la fascia presiona todas las estructuras: otros músculos, nervios y vasos sanguíneos. El dolor es tan molesto que resulta imposible correr e incluso masajear el músculo (de hecho, el masaje está contraindicado).

El descanso y los contrates de agua fría y caliente son los primeros auxilios para este dolor, pero si la molestia se alarga más de una semana hay que buscar qué lo ha provocado. Si se debe a un traumatismo, hay que acudir al médico inmediatamente; si es causa del entrenamiento, podemos esperar un poco. Al final, casi siempre se recupera la normalidad, pero algunos pacientes llegan a necesitar cirugía para abrir reducir la presión interna del compartimento.

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