El verdadero maratón tiene 246 kilómetros

El verdadero maratón tiene 246 kilómetros

La leyenda dice que en el año 490 antes de Cristo, Filípides recorrió los 42 kilómetros entre Maratón y Atenas para anunciar la victoria ante los persas. Un bonito legado que en nuestros días justifica de manera brillante el nacimiento del maratón y su célebre distancia. Sin embargo, la historia dice otra cosa.

Siempre según la leyenda, en Atenas las mujeres esperaban ansiosamente el resultado de la batalla en la llanura de Maratón porque los persas (tan numerosos como sanguinarios, según los relatos de la época) habían jurado que en caso de victoria se dirigirían a Atenas para saquear la ciudad, violar a las mujeres y sacrificar a los niños. Por ello, las ciudadanas atenienses tomaron la drástica decisión de que si no recibían noticias antes de 24 horas, coincidiendo con la puesta de sol, serían ellas mismas quienes matarían a sus hijos y se quitarían la vida. No es de extrañar, por tanto, que el general Milcíades el Joven se apresurara a enviar un mensajero para dar la buena noticia a la polis griega. Y Filípides sólo pudo decir 'Victoria' antes de caer desplomado y perder la vida por el esfuerzo que supuso su carrera a toda velocidad. Un relato tan bello como falso, pero así son las leyendas.

Leyenda vs Historia

Y es que la verdadera historia, relatada por Heródoto, difiere en bastantes cosas, pero sobre todo en la distancia recorrida, que es lo que nos interesa más a los runners. El idolatrado soldado-mensajero completó casi 250 kilómetros (un ultramaratón en toda regla). Y lo hizo para pedir auxilio a los espartanos por la llegada inminente de los persas a Maratón en el marco de las llamadas Guerras Médicas.  El primer maratoniano (o mejor dicho, ultramaratoniano según nuestro punto de vista actual) de la historia se exprimió durante un día y medio para llegar a su destino.

Por supuesto, los valientes espartanos aceptaron socorrer a sus 'amigos' atenienses.  Sin embargo, no lo hicieron de inmediato porque sus leyes les prohibían llegar al campo de batalla antes de la luna llena y aún faltaban algunos días para ello. Pero lo más extraordinario fue que Filípides también hizo el camino de regreso a Atenas para transmitir esta noticia a sus generales. O lo que es lo mismo, se 'cascó' la friolera de 492 kilómetros entre ida y vuelta en tres días y pico.

De hecho, hoy existe una carrera que se celebra cada mes de septiembre para rememorar aquella gesta y que se llama Espartatlón. Recorre 246 kilómetros entre Atenas y Esparta y se disputa desde 1983. Los 'culpables' de esta locura fueron cinco oficiales de la Royal Air Force británica, apasionados de las carreras de la ultrafondo y de la historia helena, que un año antes se desplazaron expresamente a Grecia para tratar de repetir la hazaña de Filípides.

La carrera transcurre por barro (es habitual que llueva en esa zona a finales de septiembre), viñedos, olivos y montañas, con el ascenso al Monte Parthenio (1.200  metros de altitud) como momento más duro, con la temperatura descendiendo hasta los cuatro grados a esas horas de la noche. El Espartatlón termina ante al estatua del mítico Rey Leónidas (el líder de Esparta que aparece en la película '300', efectivamente) y todos los finishers son  premiados con una corona de olivo y una copa con agua 'sagrada' del río Evrotas al llegar a meta.

El germano Florian Reus, que paró el crono en 23 horas, 17 minutos y 31 segundos, fue el  vencedor de la última edición. Pero ganar no es el principal objetivo de la mayoría de participantes. Lo que todos desean realmente es bajar de las 36 horas, el tiempo que presumiblemente tardó Filípides.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...