¿En qué debemos fijarnos para elegir una zapatilla híbrida?

¿En qué debemos fijarnos para elegir una zapatilla híbrida?

Una zapatilla de competición es, como su nombre sugiere, un calzado para correr rápido con dorsal. Cogiendo distancia de esta intuitiva definición se puede abrir el abanico a zapatillas que nos aportan sensaciones de velocidad, ligeras, reactivas y no de uso diario. Lo opuesto es la de entrenamiento, suelen ser más pesadas, duraderas y asumen la mayoría del trabajo diario. Por eso te resumimos en el presente artículo en qué debemos fijarnos para elegir una zapatilla híbrida, una tipología de zapatilla con muchos adeptos y que está a medio camino entre ambas.

Zapatillas híbridas, para corredores populares con ambiciones

El atleta más extremo sería el fino, muscularmente fuerte y con buena técnica de carrera; y la competición de asfalto más radical sería una milla, 1,6 km, lo más corto y rápido que se puede correr sin clavos. La zapatilla clásica para esta tipología de corredor-carrera sería una zapatilla voladora, ligerísima, de amortiguación mínima y cuyo único objetivo es la pura velocidad. Pero este es un caso muy particular de competición y a la mayoría este tipo de zapatillas nos hace más mal que bien.

En el otro extremo estará la zapatilla de entrenamiento, donde el peso no es la principal variable y sí la durabilidad y la comodidad, la zapatilla con la que construyes la temporada, las de pico y pala. Deben ser amables pues vas a convivir con ellas muchos kilómetros y serán lo más parecido a unas pantuflas de andar por casa por lo hechos que estaréis el uno al otro.

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Acercándonos más al corredor popular con ciertas ambiciones y a la mayoría de competiciones de asfalto donde se busca marca, sin recurrir a las (generalmente) costosas zapatillas con placa de carbono, nos situamos en zapatillas ligeras, reactivas, que se sienten ágiles y que reservamos tanto para las competiciones como para entrenamientos vivos y series. Es en este segmento de zapatillas donde nos vamos a centrar, zapatillas no necesariamente pata negra (negra de la fibra de carbono), pero a cambio son más utilizables, no sólo de domingos de dorsal, que permiten entrenar y competir con el mismo par, porque en ocasiones tener exclusivamente un par para competir no renta y nos resulta más confortable algo conocido.

A estas zapatillas las podemos llamar híbridas por no ser ni una zapatilla de competición pura ni una de uso diario. Estas zapatillas híbridas deben conservar características de zapatillas rápidas y de entrenamiento a la vez. ¿Y cómo se hace eso? Como suele ocurrir, combinando lo mejor de ambos mundos y con el uso inteligente de las tecnologías disponibles. Y para explicarlo con un caso práctico te proponemos una zapatilla en concreto, las Joma R-2000.

La virtud está en el término medio

Lo mejor de las zapatillas de competición serían sus cualidades de ligereza, transpirabilidad y reactividad. Y lo mejor de las zapatillas de entrenamiento de uso diario serían la amortiguación o la durabilidad. ¿Se pueden mezclar ambos mundos en una misma zapatilla? Sí, si no esperamos lo mejor de ambos mundos pero sí un justo equilibrio.

Recientemente te diseccionamos la gama R de Joma, la de carreras, desde zapatillas con placa de carbono a voladoras extremas, te recomendamos el artículo para darle un vistazo rápido a toda la gama. Entre ellas destacábamos la R-2000 como "rápida y reactiva por menos de 100€". Si tenemos un par de uso diario y un tercero radical de competición (suponiendo que lo tengas), las Joma R-2000 sería el segundo par, para competir sin extremismos, rodar vivo, fartleks, series medias y largas y este tipo de usos. Es decir, una zapatilla para usar semanalmente y no tres veces al año.

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Lo mejor de las zapatillas de competición

La herencia de las zapatillas de competición la encontramos en la Joma R-2000 tanto en la mediasuela como en la parte superior. En el caso de la mediasuela la encontramos doble, de dos densidades diferenciadas, una más centrada en la amortiguación y estabilidad, siendo el otro compuesto el que colabora más en la función de reactividad.

Una de las ventajas de la última generación de zapatillas de competición es la ganancia de reactividad de las mismas, tanto que se llegó a especular que podían devolver más que la energía dada, algo físicamente imposible porque algo de energía siempre se pierde. Estas mediasuelas esponjosas y reactivas han permeado a las zapatillas "mundanas" y en el caso de las híbridas tenemos un buen ejemplo del uso de las mismas algo dulcificadas por no incorporar placa de carbono.

En la parte superior encontramos un tejido minimalista sin costuras y que se abre en la parte delantera para evacuar el calor y sudor generado cuando se corre rápido. Propio de zapatillas también de competición no penaliza para entrenamientos de cierta intensidad si la durabilidad es la adecuada y es que las R-2000 son unas zapatillas a jubilar con una buena cantidad de kilómetros porque repetimos que es una zapatilla de uso semanal, no esporádico.

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Lo mejor de las zapatillas de entrenamiento

De las zapatillas de entrenamiento las R-2000 adoptan soluciones de estabilidad, comodidad y durabilidad. La estabilidad con una de las mediasuelas más firmes para que no todo el trabajo recaiga en el tobillo. La comodidad recae en la construcción y horma, que sea amable, que no dé pereza usarlas por ser extremas. Y, por último, la durabilidad la pone por ejemplo la suela, con goma duradera y no sólo unos parches de caucho aquí y allá, más ligeros sí, pero que son para lo que son, usos contados y medidos.

Con todo este batiburrillo quedan dos variables a tener en cuenta y fácilmente mediables y comparables. 260 gramos es un digno peso para una zapatilla que no busca el último gramo a costa de condicionar alguna de sus características. Y 90€ es un precio prácticamente imbatible y a nadie le puede sorprender ya que cada vez se vean más Joma en los pies de corredores, y no de los que se inician precisamente.

Las Joma R-2000 son unas excelentes segundas zapatillas, unas híbridas para días de ritmo alegre, amigables, usables y que cubren perfectamente la función para la que están diseñadas. Y a un precio que no te deja tiritando la tarjeta, algo siempre de agradecer.

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