De alguna manera, cada nueva temporada es «empezar de cero». No lo es en el sentido estricto, ya que el conocimiento es acumulativo, los músculos tienen memoria y las articulaciones también (aunque sea de la mala…). Pero sí, en el sentido de que a veces parece que desaprendemos conceptos o nos cuesta reaprenderlos, en un «día de la marmota deportivo» que nos lleva en más ocasiones de las deseables a cometer errores. ¿Qué errores? Te contamos 5 errores de entrenamiento que por alguna razón seguimos cometiendo con desesperante periodicidad.
El papel todo lo puede
Sobre el papel te diseño un rascacielos de dos kilómetros de altura o un avión de pasajeros que me plante en Tokio en tres horas. Para hacerlo sólo necesito papel, el increíblemente resistente papel. Porque el papel es el material más resistente del universo, claro que sí. El papel (y los vídeos de YouTube de criptoflipaos) ha destrozado más imperios que las armas de fuego y lesionado a más corredores que ninguna tendencia nutricional o técnica de automasaje absurda. Y seguimos cayendo en el mismo error: no, el papel no lo puede todo. Por papel se puede entender también Excel, Training Peaks, Strava o cualquier otra aplicación y plataforma. Nos entendemos.
Pasadas las molestias tras la carrera, imbuidos en una falsa seguridad, con nuestra medalla de finisher, el valor nos recorre el cuerpo como una fuerza que te convertiría en la nueva estrella de Marvel. Este valor pronto roza lo demencial (deportivamente hablando): intento de batir marcas personales, número de carreras, progresión en distancia. Las salas de espera de los fisioterapeutas están llenas de aquellos que creyeron que el papel lo podía todo, que las temporadas se pueden alargar una carrera más, o que entre esta carrera y la otra me da tiempo a recuperar. No, el papel no lo puede todo. Sé realista.
Progresar demasiado rápido
Según van pasando las semanas y la de la carrera se acerca peligrosamente, nos ponemos nerviosos, aceleramos el ritmo de entrenamientos para conseguir el resultado deseado. Pero solemos conseguir lo opuesto, estrellarnos clamorosamente. Los teléfonos de ‘Atención al Runner Lesionado’ colapsan entre dos y cuatro semanas antes de cualquier maratón porque los mentados no supieron progresar adecuadamente. Calma, mejor llegar algo corto que pasado y no llegar. Es uno de los errores de entrenamiento más típicos y con peores resultados.
Lo que no te gastas en zapatillas te lo gastas en fisio
Un error clásico del entrenamiento es alargar demasiado las zapatillas. Si cuando estrenaste las zapatillas te parecía que Comic Sans era una tipografía chula para un PowerPoint, hace tiempo que debiste cambiar de calzado. Cámbialas ya. Ya no es en las próximas rebajas. Ya es ya. Las zapatillas evolucionan, los upper transpiran mejor, las mediasuelas protegen más… pero cambiar de una zapatilla vieja a una nueva es mucho más importante que lo que ha progresado la industria en las últimas décadas.
La cantidad de impacto que recibe tu cuerpo por no tener una amortiguación renovada es una picadora para tus articulaciones. Vas a pasar por caja, tú verás si en tu tienda de zapatillas o en la consulta del fisio. Y no tenemos nada en contra de los fisios, faltaría más, simplemente no seas tacaño con lo primero para obligadamente ser generoso con lo segundo. Podríamos calificar este como uno de los errores de entrenamiento más absurdos porque el dinero no es que te lo ahorres, es que lo pones en otro lugar y además posiblemente te gastes mucho más (y sufras en la camilla).
Éxitos pasados no garantizan éxitos futuros
Aplicable a casi todos los órdenes de la vida. Que una cosa te haya funcionado en el pasado no significa que te asegure buenos resultados en el presente o en el futuro. Por alguna razón que quizá nunca llegues a comprender en su totalidad, un entrenamiento que te iba de lujo en su momento ahora te deja medio cojo, la zapatilla que te iba bien hace años ahora la notas rara y no vas cómodo, o la distancia que era la tuya ahora se te atraviesa. Toda temporada tiene momentos de duda que debemos aprovechar para repensar lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos. En ocasiones el por qué es porque lo hemos hecho siempre así, y quizá convenga replantearse esas convicciones basadas exclusivamente en la inercia.
Leer demasiado o leer demasiado poco
El entrenamiento, el material, las carreras, absolutamente todo evoluciona y es conveniente estar al día. No hace falta llevar el último cacharro tecnológico o adoptar la nueva moda nutricional que triunfa en Estados Unidos, pero sí tener la costumbre de estar informado, adoptar lo que nos convenza -previa consulta con alguien que sepa más que nosotros del tema- y hacer pruebas. No hace falta obsesionarse con la novedad, pero tampoco quedarse anclado en los 80. Lee, repiensa y haz tus probaturas. Quizá consigas mejorar este u otro aspecto del entrenamiento o del material. A veces son trucos, un pequeño avance que a ti te funciona o un entrenamiento del que nunca habías oído hablar pero conviene estar informado, leer con ánimo crítico y no tener miedo al cambio. ¿Dónde informarte? No sé, hay muchos lugares donde hacerlo… se nos ocurre este 😉
Sobre los errores en el entrenamiento
Correr, a pesar de que lo hacemos desde poco después de que fuéramos bípedos y acostumbrábamos a lanzarnos objetos pesados o cortantes a la cabeza, no deja de ser un arte en constante evolución, en su totalidad como deporte o actividad y en lo particular, lo que te afecta a ti y cómo lo afrontas. Cumplir años, cambios en la vida o de gustos pueden alterar tu capacidad de entrenamiento, la visión que tienes del deporte y los objetivos. Corremos como evolucionamos en la vida y la vida nos hace evolucionar como corredores. Cometer errores es lícito pero puedes adelantarte a algunos de ellos con estos breves consejos. Quizá puedas apagar la pantalla del móvil y repensar alguno de ellos.