El corredor de montaña, esquiador de montaña y alpinista Kilian Jornet puede que tenga proyecto: ¿es la travesía Everest-Lhotse el próximo proyecto de Kilian Jornet? Cuando presentó su calendario recientemente, más bien un par de pinceladas hasta el verano, se sabía que Kilian tenía un proyecto himaláyico, no es el primero dado que ha acudido a la cordillera más alta del mundo en varias ocasiones. Pero aparcar temporalmente las zapatillas de trail running no le quita atractivo a lo que puede ser uno de los proyectos deportivos más interesantes de su temporada y diríamos que de su vida deportiva.
De acuerdo con una breve mención en The Himalayan Times del gestor local por temas burocráticos y de apoyo, Tashi Lakpa Sherpa, de SST/14 Peaks Expeditions, menciona que Kilian podría intentar el Everest -que ya ha ascendido- y el Lhotse, otro ochomil vecino. Y sin oxígeno, como ya ha ascendido el Everest y/o ha intentado.
La travesía Everest-Lhotse, un desafío mayúsculo
Pero esto sólo son sólo un par de datos y queda mucho más por saber. Kilian suele ser celoso en su información pública, especialmente en expediciones en las que se puede controlar más la misma comparado con una competición y donde la tranquilidad se apreciable. Suponemos que el dato de The Himalayan Times es cierto pero el alpinismo tiene muchas normas no escritas sobre cómo ascender las montañas y es que el cómo es tan importante como el qué.
Se da la circunstancia que el Everest y el Lhotse son muy cercanos con lo que posibilidad de que los enlace sin bajar a campos base es altamente probable y ha sido muy atractiva para los alpinistas más destacados de varias épocas. Otra característica que añade interés alpinístico es que no sólo el Everest es el pico más alto de la Tierra (8848 m) sino que el Lhotse es el cuarto (8516 m).
Lo que diferencia la travesía Everest-Lhotse de subir ambas cimas es no bajar a campamentos base a recuperar y la cantidad de horas expuesto a la baja presión del oxígeno a esas altitudes, el aire enrarecido como se le suele llamar. La historia de la travesía está llena de intentos fallidos y salpicada de muertes, como suele ocurrir en el alpinismo de grandes altitudes y más si se toman riesgos importantes como es hacerlo sin oxígeno o expuesto tantas horas.
El primer intento fue el de Simone Moro y Anatoly Boukreev sin éxito en 1997. Un alpinista checo realizó la travesía pero falleció en el descenso y fue también un proyecto no realizado por el fallecido y amigo de Kilian, Ueli Steck. Se comentó en la última expedición de Kilian Jornet al Himalaya que éste era su objetivo aunque no lo hizo finalmente por las malas condiciones meteorológicas con lo que es posible que lo tenga en mente de 2021.
El récord vigente, 06:01
Realizado por algunos alpinistas selectos el actual récord lo tiene archivado el Libro Guinness de los Récords en 6 horas y 1 minuto por el alpinista nepalí Mingma Dorchi Sherpa en mayo de 2019. Siendo la distancia entre ambas cimas de en torno a los dos kilómetros qué tiene para que se tarden seis horas. Técnica y altitud.
En un entorno helado, posiblemente ventoso y muy peligroso para alguien como Kilian no le llevaría ese tiempo cuando él es un alpinista de nivel técnico alto. La clave, sin duda, es el debilitamiento para la baja presión atmosférica, lo que se denomina comúnmente La Zona de la Muerte.
Por encima de 8000 metros de altitud, 7000 o 7500 para algunos, el cuerpo comienza a autodestruirse para sobrevivir a la carencia de oxígeno. No es que éste falte sino que los pulmones no son capaces de extraer el suficiente oxígeno del aire debido a que la presión es menor según aumenta la altitud. A altitudes a las que vuelan los aviones comerciales sin oxígeno suplementario la mayoría moriríamos por edemas pulmonares en unos minutos y que se sobreviva sin este oxígeno adicional como ocurre en los aviones es por entrenamiento, genética y aclimatación. Por eso la mayoría de alpinistas sí usan el oxígeno en forma de bombonas similares a los submarinistas.
Intentar la travesía Everest-Lhotse sin oxígeno implica mucha horas de ascenso, la travesía en sí y las horas de descenso, de ahí lo arriesgado y la reducida lista de los que lo han logrado. ¿Engrosará esta lista el propio Kilian? Lo sabremos pronto dado que la temporada primaveral en el Himalaya está próxima a comenzar y las cimas suelen situarse a mediados o finales de mayo.
A pesar de que la información aún es escueta al parecer Kilian Jornet posee permisos para varias cimas y puede variar sus planes sobre la marcha, algo frecuente en el alpinismo dado que no siempre las cimas "se dejan" escalar, y es que las condiciones meteorológicas y el estado de la nieve son parte consustancial del alpinismo.
¿Y cómo lo está entrenando Kilian?
A base de palizas antológicas, como suele ser en él. Declaraba el otro día que «posiblemente ha sido mi día de esquí más épico». Y compartió su Strava, 76,5 km, 9257 m de desnivel positivo en 21 horas y 28 minutos. ¡Cómo sería el terreno para ese tiempo! Bueno, puedes verlo, no hay que imaginarlo.
Permaneceremos atentos a las noticias y cómo evoluciona el proyecto.