Estudio sobre los efectos del Covid-19 en la práctica deportiva (2ª FASE)

Estudio sobre los efectos del Covid-19 en la práctica deportiva (2ª FASE)

Tras la primera fase del estudio sobre los efectos del Covid-19 en la práctica deportiva durante el confinamiento, nuestras psicólogas deportivas, Andrea Martínez y Raquel del Águila, lanzaron una nueva encuesta para analizar nuestra evolución durante la desescalada.

Esta vez, la muestra obtenida fue de 260 personas, la mayoría deportistas amateurs entre los 16 y 70 años. Ahora, que cerca de la mitad de los participantes ya han retomado su rutina laboral. Y ya pueden practicar deporte al aire libre a pesar de algunas restricciones… ¿cómo ha afectado en nuestros hábitos y rutinas deportivas? y ¿cuáles han sido los efectos del Covid-19 en la práctica deportiva?

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A continuación, os explicamos qué aspectos del confinamiento total se mantienen y cómo nos hemos adaptado a esta nueva etapa.

  • ¡Nos hemos vuelto runners! ¿Quizás por las limitaciones de actividad, desplazamiento y franjas horarias? ¿Quizás sea uno de los deportes más accesibles?
  • La reprogramación de objetivos deportivos era algo inevitable. Asimismo, el no plantearnos nuevos retos puede asociarse a la incertidumbre, aún latente, acerca de la situación.
  • Estado de ánimo y motivación se siguen manteniendo en valores medios-altos. ¿Estamos focalizándonos en el presente y disfrutando del simple hecho de poder practicar deporte?
  • La mayoría nos ejercitamos en el exterior y lo combinamos con entrenamientos indoor. Existe un porcentaje de personas, mayoritariamente mujeres, que prefieren realizar deporte exclusivamente en casa.
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  • La adaptación a las franjas horarias varía individualmente. Un 27% refiere una habituación excelente, el resto van variando… y un 9’6% ¡no consigue adaptarse!
  • Tendemos a experimentar sensaciones y emociones agradables al salir, aunque se aprecian diferencias significativas a nivel de sexo. Y es que las mujeres se sienten menos “cómodas”.
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  • Seguimos planificaciones deportivas basadas, principalmente, en criterios propios.
  • En general, hemos aumentado el tiempo de entrenamiento mientras que la intensidad tiende a equilibrarse. Aún son bastantes quienes no han recuperado la magnitud previa a la pandemia, tanto por defecto como por exceso.
  • La gestión emocional vuelve a ser un punto clave a destacar, en cuanto a su impacto en los hábitos de vida. La incertidumbre puede provocar confusión y alteraciones respecto a horarios y rutinas, dando lugar a desajustes en nuestros biorritmos, turbaciones en nuestro apetito y horarios de sueño.
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  • Las variaciones observadas durante la fase de confinamiento total, en general, se mantienen y no es posible observar un patrón definido. Lo que parece claro es que, los cambios generan cambios.
  • Relacionarnos y sentir el apoyo de nuestro grupo de iguales es una de las necesidades básicas del ser humano y por ello, buscamos mantenernos en compañía, ya sea online y/o respetando las medidas de distancia personal.
  • Se destaca de nuevo la capacidad para desarrollar la resiliencia. Centrarnos en el presente, vivir de forma pausada, apreciar las pequeñas cosas… Remarcamos el valor de la libertad.
  • Un porcentaje significativo indica mantener los aprendizajes adquiridos previamente, aunque, de forma esperada, otro/as refieren dificultad para no dejarse llevar por los nuevos ritmos y que estas lecciones queden en el olvido.
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Finalmente, tomando el conjunto de respuestas femeninas, observamos que existe una menor reincorporación a la rutina laboral, inferior reestructuración de objetivos y planificación deportiva, igual dedicación al ejercicio y mejor adaptación a las franjas horarias. Un menor número de mujeres practican deporte en el exterior y cuando lo hacen experimentan mayor disconfort. Estos hechos nos invitan a preguntarnos si se produce una adaptación y conciliación a la nueva realidad o si, por el contrario, se están siguiendo las mismas dinámicas que en la fase de confinamiento total. Es decir, si las respuestas se basan en una conformidad con lo establecido.

Los motivos podrían ser múltiples y variados, desde las propias dificultades del mercado laboral, el rol de cuidado de los hijos, rasgos de personalidad, etc… Creemos interesante generar debate acerca de estos patrones de comportamiento, que inviten a la reflexión y poder abrir así nuevas líneas de investigación que permitan determinar sus posibles causas.

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