Las pruebas de triatlón empezaron a realizarse a finales de los años 70 en Hawaii, como apuesta entre marines norteamericanos para ver qué deporte y deportista era más resistente y completo en su conjunto como nadador, corredor y ciclista. Esto dio lugar a lo que hoy es el Ironman de Hawaii y otras muchas carreras que se han ido desarrollando en el mundo.
A partir de 2008, empezó a popularizarse cada vez más. En ese año, se vendieron 11.996 licencias en España mientras que en 2015 se logró el record de 29.739, que ha ido bajando desde entonces.
Desde que empezó el boom del triatlón, aumentaron las tiendas especializadas en muchas ciudades, además de comercios online, y de material especializado para la práctica de este deporte. Como deporte ‘de moda’ y ‘no muy económico’, fue una inversión muy arriesgada por parte de los emprendedores e inversores, ya que no se trata de un deporte como el fútbol que podría considerarse como un valor seguro. Hoy en día, muchos de estos negocios han tenido que cerrar por la incapacidad económica de mantenerlos, porque cada día se compra más por internet y por las opciones mucho más baratas que ofrece el mercado.
Las carreras también se hicieron más populares y se incluyeron diferentes modalidades y distancias para aumentar su público y participación, aún con poca presencia femenina. La práctica de triatlón y su entrenamiento requiere de mucha disciplina, sacrificios y dominio de todas las disciplinas, así como de un poder adquisitivo mínimo para poder disfrutarlo plenamente.
Lo que queda claro es que el boom de la popularidad del triatlón se ha estancado, pero ¿qué opciones hay para evitar que continúen quebrando tiendas, dejen de fabricar ciertas marcas o que se cancelen carreras?
¿Posible futuro?
El futuro, claramente incierto, podría enfocarse a la participación femenina que es relativamente baja en todas las carreras que realizan este tipo de pruebas. El triatlón de Barcelona, el más popular del país, es el que cuenta con mayor participación femenina desde el año pasado. Esto se debe al énfasis y campañas realizadas para promover el deporte femenino. No obstante, aun cuenta con tan solo 25% de participación femenina, lo que indica que aún hay mucho trabajo por hacer.
Con la moda del triatlón también surgieron otras modalidades para satisfacer los gustos o preferencias de otros deportistas; duatlón, acuatlón, … con sus versiones de montaña inclusive. Opciones que pueden ser de ayuda a mantener la moda por el triatlón y a evitar que tiendas deportivas continúen cerrándose ni carreras a dejar de realizarse.