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Geometría de una zapatilla de running (III): qué es el flare

Ya tienes colgados los dos primeros artículos sobre las geometrías básicas de una zapatilla de running, te hemos hablado del rocker o balancín y del stack o altura. Es momento de la tercera geometría importante, el flare.

Flare o ensanchamiento

El flare o ensanchamiento es, puestas las zapatillas y vistas desde arriba, lo que “chorrea” hacia fuera la mediasuela. O visto desde atrás el exceso de anchura desde el perímetro del pie. Podríamos traducirlo como ensanchamiento.

A veces, con algunas zapatillas, nos las ponemos y desde arriba vemos que la zapatilla es claramente más ancha que el pie. O si les das la vuelta la huella que deja es varias tallas más ancha que tu pie. Este es el flare de una zapatilla de running.

Ensanchar para estabilizar

Decíamos en el anterior artículo que el flare está íntimamente ligado al stack (altura). Y es que, especialmente pero no exclusivamente, en el trail running, aumentar las alturas implicaba inestabilidad de tobillos, esguinces y caídas y la forma de solucionarlo era aumentar la base de apoyo. Dicho y hecho. Al igual que un pilar de una casa se apoya en una cimentación más ancha que aquel en las zapatillas altas y que te “esbeltecen” (relación entre altura y anchura, digamos) se soluciona con una “zapata” ancha. Y nació el flare o ensanchamiento.

Para recuperar la estabilidad perdida al elevar el centro de gravedad de una zapatilla alta la zapatilla “chorrea” desde el pie hasta la suela, sobresale, la huella se amplía y vuelve la estabilidad. Es una solución, sencilla, barata y ligera y una vez que visualmente la hemos aceptado ya no es rechazada.

En el último artículo hablaremos del drop, la geometría de la zapatilla de running más conocida pero de la que quizá puedas aprender algo más.

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