Jamaica, la Isla de los velocistas

Jamaica, la Isla de los velocistas

Una pequeña isla caribeña ha puesto contra las cuerdas la tradicional supremacía de los Estados Unidos en las pruebas de velocidad. Jamaica, un  penal a la que iban a parar los esclavos más rebeldes durante la colonización británica, siempre ha contado con velocistas de raza, como Don Quarrie, el ídolo atlético de los jamaicanos hace tres décadas.

Usain Blot ha sido el gran protagonista con el cambio del milenio,  iluminado en el siglo XXI una nueva generación de velocistas, hombres y mujeres, fieles a la gran tradición  atlética de este país. No han necesitado aprender a correr en las universidades estadounidenses, como hicieron sus compañeros de quipo en el pasado. Bolt y los suyos se han hecho campeones, por primera vez, sin tener que salir de pequeña Isla.

Sus vecinos del norte, los Estados Unidos, por el contrario, atraviesan una crisis de resultados en algunas especialidades que dominaban tradicionalmente. Y seguramente de desconfianza. La Jamaica de Bolt ha marcado época y los norteamericanos no han sabido responder. Su esprinter más competitivo en los últimos  tiempos recibió en su día dos sanciones por dopaje. Su mejor y más consistente velocista femenina, Allyson Felix, no ha conseguido imponerse del todo al empuje de las jamaicanas, lideradas por Shelly-Ann Fraser-Pryce, la mujer más rápida del mundo, un cohete de 1,52 metros de estatura y 57 kilos, doble campeona olímpica y triple mundialista de 100 metros, capaz de correr el hectómetro en 10.70 segundos.

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