La Carrera Alto Sil, una de las más emblemáticas del calendario de trail running en este primer trimestre del año, celebró este fin de semana una nueva edición con tres modalidades en el programa: Promo (16 km) y Ultra (54 km), ambas el sábado, y la Clásica (35 km) el domingo. La cuenca minera del Sil recibió a multitud de corredores, entre ellos nombres ilustres como los recientes campeones de España de Trail Running por la RFEA: Dimas Pereira y Oihana Kortazar.
El evento leonés consolidó en esta edición la carrera Ultra, que tan buena acogida tuvo en su edición inaugural en 2022, rozando un crecimiento del 30% en esta ocasión. Su trazado recorre todas las pedanías del margen este del río Sil, con un clima feroz en la jornada del sábado, pero muy buena aceptación entre los corredores, que constataron la dureza del nuevo recorrido. Así lo constató, entre otros, la vencedora de la prueba, Oihana Kortazar describiendo el trazado “duro como pocos he conocido».
La Clásica: 35 kilómetros
La carrera femenina contó con la incorporación a última hora de Marta Martínez, que en Páramo del Sil ya lideraba la prueba con casi dos minutos respecto a otra de las favoritas, Belén Pérez Ribeiro. La subida a la Campona marcó el destino de la carrera, con una diferencia de 10 minutos ya de Marta respecto a Belén. Marta siguió intratable hasta la meta llegando en 03h32’35», recibiendo el aplauso del público en la plaza de Santa Cruz de Sil.
Y es que el ambiente fue muy festivo, acompañado de un día soleado, al recuperar la tradicional paella en meta, que se perdió en ediciones pasadas por la pandemia. Belén Pérez Riveiro llegó a meta 21 minutos después, con notable alegría. Cerró el podium la extremeña Minerva Muñoz, a 4 minutos de Belén, con la que en algunos momentos de la prueba fue intercambiando posiciones.
La carrera masculina mantuvo la incertidumbre hasta la parte final donde Dimas Pereira y Guillermo Ramos lideraron la prueba en prácticamente todos los puntos de control, hasta que un fuerte ataque del atleta de Candelario (Salamanca), marcó una diferencia de dos minutos en la subida al Refugio de Pedrosillo. Gran subidor y sabedor de sus cualidades, Guille atacó con todo en ese punto, pasando por algún momento de flaqueza, al ver que Dimas Pereira no acababa de entregarse en la subida. Finalmente, dos minutos les separaron en meta, mientras que el tercero en liza, Jaime Romo, volvió de nuevo a entrar entre los tres primeros, repitiendo podium como en 2022.
La Ultra: 54 kilómetros
En lo deportivo, Oihana Kortazar volvió a Alto Sil -tras sus victorias en 2011, 2012 y 2015 (Clásica)- por la puerta grande. Cuarta victoria de la atleta vasca, esta vez en la distancia Ultra, tomando cabeza de carrera desde el paso por Salentinos, para ya no soltar el liderazgo hasta la línea de meta. 6 horas y 22 minutos para imponerse a Vilma Giménez y a Marta Escudero.
En hombres, Borja Fernández, Juan Rodríguez e Iván Bernardo fueron alternando primer, segundo y tercer puesto las primeras horas de carrera, con Álvaro González algo más rezagado. Hasta que en el tramo del kilómetro 35 al 40 asomó ya entre los tres primeros para acabar soltando un ataque sólido y llegando a meta en solitario, ocho minutos antes que Juan Rodríguez, segundo, y Borja Fernández, tercero.
Un grito de ayuda a la ‘España Vaciada’
La carrera ha vuelto a contar un importante apoyo de los voluntarios locales, que junto a clubes de montaña colaboradores, suman más de 140 voluntarios comprometidos con la prueba. Nacida en el año 2009, Alto Sil es una de las pruebas pioneras de la provincia de León y durante muchos años ha servido de dinamizador económico para una región que ha sufrido el cierre de las minas de carbón y la central eléctrica de Anllares del Sil, llenando prácticamente al completo la oferta hotelera de la zona y generando un alto impacto económico para la hostelería local.
La Alto Sil aúna unos paisajes de los que se quedan en la retina, con la intención de impulsar a una zona de la “España Vaciada”. Para ello, cuenta con el atractivo de la hospitalidad de sus paisanos, un gran ambiente de carrera, una oferta gastronómica potente, y un buen abanico de planes familiares en la zona, siempre con el oso como protagonista, pues su avistamiento es más que frecuente en la Sierra de Gistredo.