La co-contracción

La co-contracción

A simple vista, la co-contracción puede parecer un desperdicio de energía. La lógica nos obliga a pensar que, si un músculo está trabajando, el contrario debería estar completamente relajado para no ser un impedimento. Pero esto no siempre funciona así. En ocasiones, el cuádriceps y los isquiotibiales se contraen a la vez con el único objetivo de mantener estable la articulación de la rodilla y crear una mayor rigidez al miembro inferior para que los tendones actúen como muelles.

De hecho, si la técnica de carrera es buena, la propulsión a la hora de correr no proviene tanto de los músculos sino del rebote que producen los tendones. Y los tendones, para estirarse, necesitan que el músculo al que están unidos apenas se mueva y sea la articulación la que les genere tensión. Si analizas a cámara muy lenta la carrera de los velocistas, verás que la articulación que más se mueve durante el tiempo de contacto (cuando es pie está en el suelo) es la articulación de la cadera. Tanto la rodilla como el tobillo permanecen prácticamente bloqueados excepto en la parte final de la impulsión, cuando la co-contracción ya no es necesaria porque el “muelle” del tendón ya está en fase de impulsión.

En el siguiente esquema, publicado por Novacheck en 1998, ya se puede observar que se conocía la co-contracción de los músculos durante la carrera. En el momento que el pie toca el suelo (IC: Inicial contact), todos los principales músculos están en contracción para soportar el impacto y transmitir la tensión a los tendones, que se estirarán y promoverán una acción mayor en los músculos (el llamado reflejo miotático del que ya he hablado aquí).

Queda claro, entonces, que la co-contracción es buena para correr a ritmo altos porque favorece el trabajo reactivo de los tendones. Pero, ¿qué pasa si corremos lento? Durante la carrera lenta, con tiempos de contacto con el suelo mayores de 250 milisegundos, los tendones no pueden generar un reflejo miotático y, por lo tanto, la energía acumulada se disipa en forma de calor. Además, obligamos a nuestros músculos a generar la fuerza que los tendones no son capaces de producir y, por lo tanto, nos cansamos más. Por esta razón, el cuerpo, que no es tonto, prefiere ahorrarse la co-contracción y utilizar los músculos sólo en el momento que luchan contra la gravedad y no en combinación para estabilizar articulaciones como la rodilla o el tobillo. Me explico.

Durante la técnica pendular (típica de los corredores lentos que arrastran los pies), el cuádriceps funciona durante la fase de swing (cuando la pierna no está en contacto con el suelo) y deja de actuar cuando el pie va a tocar el suelo. Con esta técnica, el pie casi siempre contacta con el suelo en la zona del talón y con la rodilla en extensión máxima, motivo por el cual la rodilla no necesita estabilidad por parte del cuádriceps porque está en posición de bloqueo (es muy estable pero el impacto en esta posición es también muy lesivo). Entonces se contraen los isquiotibiales para favorecer la propulsión, pero éstos dejan de actuar pronto porque la rodilla se ha flexionado (el corredor se ha “sentado”) y de nuevo el cuádriceps se contrae para favorecer la extensión y llevar de nuevo la pierna hacia delante entrando de nuevo en la fase de swing. Y algo muy parecido ocurre entre la suma de gemelo y sóleo con su antagonista que es el tibial anterior.

Por lo tanto, y para resumir el tema de la co-contracción: esta habilidad muscular es buena y eficaz siempre y cuando se corra a ritmo alto. Y, muy especialmente, cuando se consigue una armonización perfecta entre los músculos. Porque si la co-contracción va más allá de la fase de estabilidad (cuando los tendones se están estirando) y sigue durante la fase de propulsión, la zancada se verá acortada porque un músculo antagonista está actuando como freno.

Esta es una las razones por las que es tan importante entrenar el ritmo de competición: porque la co-contracción es ideal si dura lo que tiene que durar, pero es ineficaz tanto si dura más como si dura menos. Por lo tanto, practica tu ritmo de competición tanto con series como con tempos para que tu cuerpo automatice este ejercicio y tu carrera se vuelva mucho más económica.

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