La despedida de Haile Gebrselassie

La despedida de Haile Gebrselassie

Haile Gebreselassie, el atleta de la eterna sonrisa, ha puesto punto y final a una carrera deportiva sin precedentes. El que fuera campeón del mundo de 10.000m en el año 1993 ha sido capaz de mantenerse en la élite de este deporte durante más de dos décadas. Atrás quedan récords del mundo tanto en pista como en asfalto, medallas olímpicas, mundiales y condecoraciones varias (incluso un premio Príncipe de Asturias). En resumen: un atleta imposible de repetir.

Ahora, con más de 40 años y aunque todavía tenía el nivel suficiente como para disputar victorias en grandes carreras, ha decidido poner punto y final a su aventura atlética. Y ha querido despedirse de su gente con motivo de la carrera de asfalto más numerosa de África, la Great Ethiopian Run. Esta carrera, que año tras año reúne a más participantes (este 2015 han sido 35.000), es el equivalente a nuestras Behobia o San Silvestre Vallecana. La distancia a recorrer son 10 kilómetros y existe una salida para la élite femenina, otra para la élite masculina y después varias oleadas para los populares que corren sin dorsal ni chip pero con la camiseta conmemorativa de la edición actual.

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Haile, como es lógico, salió en la carrera élite pero lo hizo de manera discreta. Su objetivo no era pelear por la victoria sino disfrutar por las calles de su capital y saludar a amigos y extraños durante todo el recorrido. Para terminar, en un guiño hacia sus orígenes humildes o queriendo emular al gran Abebe Bikila, cruzó la línea de meta descalzo y rompiendo la cinta de “Running for the Planet” que sujetaban las hermanas Dibaba (Tirunesh, madre reciente que todavía no ha regresado a los entrenamientos y Genzeba, la flamante campeona del mundo y recordwoman de 1500 con 3’50”).

Haile afirma que no dejará de correr porque forma parte de su vida, pero se acabaron las competiciones a menos que sean de carácter puramente popular. 

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