Quien más quien menos, todos hemos tenido alguna intuición sobre cómo nos iba a ir la carrera que llevábamos meses preparando. Y no me refiero aquí a ese pensamiento elaborado, cargado de determinación que nos debería acompañar para rendir de la mejor manera posible y disfrutar de la carrera. Me refiero a esa corazonada, a ese sexto sentido que nos dice “hoy me va a ir genial, lo noto”, o “tengo la mosca detrás de la oreja”. Es esa percepción de lo que va a ocurrir que aparece de la nada y no sabemos por qué.
Pues bien, esa intuición se produce en nuestro cerebro, de manera automática y asociativa. Y proviene del camino que hemos recorrido los humanos a lo largo de la historia, donde nuestros antepasados de las cavernas tenían que aprender a discernir a una velocidad de vértigo las emociones de los demás para sobrevivir, en otras muchas cosas.
Pero lo que a vosotros, corredores, os interesa es saber si os podéis fiar de esa intuición.
1. Si sois expertos corriendo -muchos años de entrenamientos y competiciones- podéis hacer caso de una manera beneficiosa de las intuiciones, ya que en vuestro cerebro habrá conexiones neuronales fuertemente establecidas que reconocen, asocian información que habéis vivido antes y pueden ayudar en vuestra toma de decisiones.
2. Los prejuicios: si habéis asociado la competición al miedo, una lesión a la rabia, o habéis tenido malas experiencias, es posible que vuestras intuiciones estén sesgadas y difieran un poco de la realidad. En este caso es mejor obviarlas y centrarse en lo que toca hacer. Pasar del modo sentir al modo hacer.
Por eso es tan importante que os conozcáis bien. Muchos corredores llevan un plan de carrera establecido, y en medio de la misma deciden cambiar “porque se sienten bien” (intuición) y al final lo acaban pagando. Esa es la prueba que la decisión estaba mal tomada. O lo contrario pasa cuando decidimos que el plan de carrera sea correr por sensaciones. Ahí la intuición tiene más peso, y los que son expertos en escuchar a su cuerpo tienen mucho ganado. Entonces, ¿qué hacer?
Mi consejo es el siguiente:
– ENTRENA Y COMPITE MUCHO para convertirte en un experto y poder usar el cerebro tanto en modo analítico como automático. Estarás comprando más números para tomar la decisión de carrera adecuada.
– CONÓCETE. Siente, juega con tus emociones, ubícalas en tus experiencias runners y mira cómo te sientes en situación de fatiga, de contratiempos etc.
– Transita entre el estado “DEJA QUE SUCEDA” Y “HAZ QUE SUCEDA”
¡Buena carrera!