Si bien la mayoría de corredores hemos sido seducidos por las zapatillas de altos perfiles y las placas de carbono, todavía quedan románticos. Aunque ya casi ni nos acordemos, no hace mucho tiempo las zapatillas de competición más distinguidas se caracterizaban por tener una mediasuela de perfil raquítico y un peso ínfimo. Eran las llamadas zapatillas voladoras, las destinadas a los atletas más veloces y con técnica más depurada.
Hoy quedan pocas en el mercado, y algunas incluso se mueven a caballo entre lo que fueron y sus hermanas de placa, ofreciendo perfiles algo más altos con placa incluida. En este especial de zapatillas voladoras vamos a analizar las opciones que ofrece el mercado, porque, más allá de nostálgicos y “viejos rockeros”, las voladoras siguen siendo una opción muy viable para carreras de 10 kilómetros, 5 kilómetros, millas urbanas o series en pista.
adidas Adizero Adios 7
Si hablamos de voladoras, sería imperdonable no hablar de la Adizero Adios. Antes de que existieran las zapatillas con placa de carbono y altos perfiles, era la Adios la que arrasaba en todas las carreras de ruta e incluso era la zapatilla de los récords. En esta nueva versión ha sucumbido un poco a las tendencias, ya que adopta un perfil de mediasuela algo más alto que las versiones originales, pero sin llegar a los extremos de la Adios Pro. Lo que sí que comparte con ésta es la inserción del material Light Strike Pro en la zona del metatarso, lo que unido a su sistema Torssion -que lleva unos raíles de poliuretano hasta la zona delantera- le confiere una gran respuesta. Lo que nunca ha cambiado, por suerte, es su tremendo ajuste que nos transmite esa sensación de competición. La horma, estrecha, también nos ofrece nervio y respuesta.
Peso: 217 gramos
PVP: 130€
Brooks Hyperion Tempo
Aunque podría perfectamente lindar o hacerse pasar por una zapatilla mixta debido a su nivel de prestaciones, la Hyperion Tempo de Brooks tiene la capacidad de hacerte sentir como en una voladora. Su magistral chasis y un upper que agarra con fuerza, hacen que la zapatilla se perciba más pegada al suelo y al propio pie de lo que realmente lo está. Posee una amortiguación generosa y con mucha respuesta a la par que ligera, y una estabilidad de verdadero lujo. No es la más radical pero sí ofrece una versatilidad enorme, lo que unido a una buena durabilidad la convierten en una compra inteligente.
Peso: 207 gramos
PVP: 150€
Joma R-5000
Exponente radical de la zapatilla llevada al mínimo es esta Joma R-5000. Perfil de mediasuela que casi roza el suelo, horma plana incluso que será del agrado de marchadores, y un upper con los mínimos refuerzos. Todo queda a merced del atleta, ya que la zapatilla hace lo justo y necesario. Si echas de menos aquello de sentir el suelo, de poder tomar las curvas sin preocuparte por la altura de tus zapatillas o tener infinita flexibilidad, en Joma siguen sabiendo como satisfacerte.
Peso: 167 gramos
PVP: 88€
Mizuno Wave Duel 3
Gracias al culto que siempre existió en Japón hacia las zapatillas voladoras, Mizuno sigue ofreciendo una nutrida oferta. De entre ellas destacamos la Duel 3 como una de las zapatillas más radicales pero a la vez más completas de su segmento. Sigue los cánones clásicos de la marca, que dictan que toda buena voladora debe tener una amortiguación de tacto firme, una placa Wave de gran rigidez y una suela que muerda allá por donde pise. Tan solo el upper, que es tremendamente ligero, hace concesiones a la suavidad y el confort. El resto del conjunto está enfocado al máximo rendimiento, a la competición y a hacer las delicias en esas tardes de series y lactato.
Peso: 195 gramos
PVP: 135€
New Balance FuelCell Supercomp Pacer
Y en esto llegó New Balance y consiguió hacer la primera zapatilla de perfil bajo con placa de carbono que realmente funciona. El concepto hace tiempo que pulula por ahí, pero hasta la fecha nadie había conseguido un resultado satisfactorio. O salían zapatillas muy duras o había que hacerlas tan amortiguadas que acababan pareciéndose demasiado a sus hermanas mayores con placa. En esta Supercomp Pacer New Balance ha conseguido encasquetar la placa de carbono en un perfil de 25x17 y lo mejor es que se deja notar el efecto de la placa, aunque tengas sensaciones de ir en el suelo con tus voladoras clásicas. Obviamente con ese perfil y la placa, la zapatilla es muy estable, la amortiguación decente y el ajuste muy fuerte. La Pacer pasa por ser la conjunción perfecta de lo que son y lo que fueron las zapatillas de competición.
Peso: 170 gramos.
PVP: 190€
Nike Zoom X Streakfly
Una de las pioneras en probar eso de mezclar placa de carbono con el chasis de una voladora fue Nike. Ensombrecida por la omnipresente VaporFly, la Streakfly es una más que interesante opción para quienes quieren hacer kilómetros muy rápidos. Y es que tiene una pegada y tacto similar a las Vaporfly, de hecho, lleva los mismos compuestos, pero con un perfil de suela más contenido. Ello la hace más ágil en el paso por curva y en una zapatilla con una pegada mucho más directa. Algo interesante es que, pese a mantener una horma estrecha propia de las zapatillas de competición, tiene un antepie algo más generoso que permite ganar algo de confort en la zona de los dedos.
Peso: 173 gramos
PVP: 160€
Saucony Sinister
Si hablamos de zapatillas desconocidas a la par que buenas no hay que olvidarse de la Sinister. Seguramente a la inmensa mayoría ni os suene este nombre, pero en justicia hay que decir que fue la precursora de las zapatillas con placa. En su día no tuvo éxito, porque con las tecnologías que había por aquel entonces la zapatilla era bastante firme y la placa de TPU aportaba más bien poco en contrapartida. Curiosamente la nueva Sinister es un canto a la simpleza, una zapatilla con el compuesto de mediasuela de sus hermanas Endorphin de placa: esto es el PWR PB, pero con menor perfil y sin la susodicha placa. Ajuste muy marcado, mucho agarre al suelo y un peso ínfimo aseguran poder hacer ritmos altos sin problemas.
Peso: 149 gramos
PVP: 180€