Casi todas las pistas de atletismo que hay en Kenia son de arcilla: son más económicas de construir y generan menos sobrecargas a los corredores. Pero durante la época de lluvias es casi imposible entrenar en ellas. Esto lo sabe muy bien Lornah Kiplagat, campeona del mundo de cross y de media maratón que a día de hoy es una empresaria de éxito con su “training camp” en Iten y una línea de ropa propia llamada Lornah Sports.
En el año 2014 inauguró la única pista de tartán fuera de la capital, aunque sólo un año después el gobierno transformó el estadio Kipchoge de Eldoret y ahora ya hay dos pistas aptas para todo el año (sin embargo, el estadio Kipchoge permanece cerrado hasta que el gobierno termine de pagar lo que debe al constructor).
El caso es que la pista de Lornah permanece vacía casi todo el año debido a la cuota de 500 shillings (1000 para los mzungus) que cuesta la entrada de un día; algo así como 5 y 10€, respectivamente. Pero esta misma pista se llena de corredores de altísimo nivel durante los meses de junio y julio, cuando las competiciones en pista aumentan y llegan las lluvias.
La calidad del tartán es fabulosa y el entorno, perfecto. Sólo prados y árboles rodean la pista y el único compañero molesto puede ser el viento, aunque no es exagerado. Esto sin mencionar que la pista se encuentra a 2400 metros sobre el nivel del mar y que, por lo tanto, cuesta bastante correr a ritmos altos.
Si quieres usarla (y te recomiendo que al menos la uses una vez si tiiens la oportunidad), debes pasar primero por el Lornah Camp y pagar tu entrada. Luego puedes ir trotando hasta la pista (unos 3 kilómetros), enseñar el ticket en la puerta, e intentar tus mejores series en altitud. Yo, el día que la usé, hice 3 veces 3000, 2000, 1000 y 500 (que había que aprovechar el pago, ¿no?).