La postura correcta en el running

La postura correcta en el running

Al igual que en cualquier otro deporte, también es imprescindible tener una correcta actitud postural en el running. La tensión excesiva en ciertas partes del cuerpo o los movimientos contraproducentes –una rotación excesivamente interna de los brazos, más conocido como cruzar los brazos de lado a lado- puede provocar un problema a la hora de correr haciendo que perdamos eficiencia, eficacia e incluso que lleguemos a lesionarnos.

Los beneficios de mantener una correcta posición mientras corres pueden llevarte a correr a un ritmo rápido pero cómodo a la vez gracias a que la eficiencia será mayor y no derrocharás tantas fuerzas en movimientos contraproducentes. La respiración también se verá agradecida por el simple hecho de que si tienes una postura más recta y mantienes la amplitud de las costillas, el diafragma tendrá más capacidad de expandirse y el volumen de aire será superior.

Modificar estos aspectos no es una cosa que puedas hacer de un día para otro. No es sencillo. Pero con entrenamiento y paciencia se puede llegar a conseguir. Al principio notarás dolor en las partes del cuerpo en las que más modifiques su postura, pero es normal, son las adaptaciones a los cambios. Los músculos, ligamentos y tendones serán los que se lleven la peor parte, pero tranquilidad, no siempre dolerá igual.

A continuación os mostramos algunas de los aspectos que debéis modificar mientras corres para mejorar el rendimiento.

Curvatura de hombros

Algunos de los runners que se ven por las calles corren con el pecho encogido y los hombros hacia delante, tal vez por culpa del trabajo de oficina estando frente a un ordenador, algo que es muy típico. Esto provoca que la amplitud de las costillas y las vertebras se vea afectada y se reduzca el rango de inhalación de aire con lo que el aire que entra no llega a llenar los pulmones y es cuando realizamos inspiraciones y exhalaciones más frecuentemente. Además, también afecta al movimiento de los brazos, provocándoles un movimiento menos eficiente.

Si quieres corregir este aspecto debes empezar a realizar estiramientos de los pectorales –superior e inferior- con tal de abrirlos y que los hombros vuelvan a una posición más atrasada.

Tensión en los hombros

Con el paso de los kilómetros es muy normal empezar a olvidar ciertos aspectos de carrera y más los que no estamos acostumbrados a hacer o que nos es antinatural por la postura que mantenemos durante el día a día. Uno de los que se ven más afectados son los hombros, que se empiezan a tensar por culpa de los músculos abdominales, músculos de la espalda y también la cadera y, por lo tanto, la estabilización recae en los hombros. El resultado también es la pérdida de eficiencia del movimiento de los brazos.

Para mantener una correcta tensión de los hombros es muy recomendable realizar pequeñas sacudidas mientras corremos y cuando notemos que algo está cambiando. Menos tensión significa malgastar menos fuerzas y energía.

Las caderas

Es muy común adoptar una posición de cómo si estuvieras sentado sobre las caderas, generando una posición de encogido de todos los segmentos corporales, desde la cabeza que echamos hacia delante hasta las rodillas que no consiguen realizar el movimiento de zancada correcto y más eficiente. Los glúteos empiezan a quejarse y la zancada no llega a ser tan prolongada como debería. Las lumbares también se verán afectadas, con las posteriores molestias en los riñones.

Para mantener la misma posición durante todo el entrenamiento o carrera piensa en el movimiento correcto que deberías llevar y autoanalízate. Si crees que no lo consigues, párate, realiza unos estiramientos y luego continúa corriendo, siempre y cuando no estés en carrera…

Lordosis lumbar

La lordosis es un defecto que tenemos des del nacimiento en la forma de la columna vertebral, desde la parte superior hasta la zona lumbar que provoca una curvatura excesiva  en la columna lumbar o la espalda baja. La parte inferior de la espalda se curva hacia dentro más de lo que normalmente está a consecuencia de un desequilibrio en los músculos pélvicos y de la columna vertebral y se agrava en corredores cuando comienza a aparecer la fatiga.

Lo mejor a largo plazo para evitar la aparición excesiva de la lordosis es tratar el desequilibrio muscular, es decir, fortalecer los músculos que se encuentran en la parte inferior de la espalda y la pelvis, que son débiles (abdominales, oblicuos, isquios y glúteos), y estirar los músculos flexores de la cadera y zona inferior de la espalda.

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