La San Silvestre Vallecana vista por un élite

La San Silvestre Vallecana vista por un élite

Miguel del Pozo, atleta que este año debutaba como élite en la San Silvestre Vallecana ha contado en su cuenta de twitter @ricohill8 su experiencia, donde desvela, por ejemplo, por qué algunos atletas llevaban esparadrapos en la camiseta tapando nombres de clubs o publicidad. Así lo contaba

Antes de dormir, que esta noche cuesta más por las patas tiesas, voy a escribir en plan hilo mis aventuras y desventuras de esta tarde en la #SanSilvestreVallecana. Igual llevo diez ediciones de la Internacional, pero en ésta me sentí de nuevo como siendo un novato total.

Llegamos a la salida a las 19h, que tiempo suficiente pero tampoco de sobra. El motivo que este año lo hacía más especial es tener dorsal élite por primera vez. Era algo que ni de coña me había planteado hace años, y me hacía una ilusión enorme, no lo voy a negar.

Entro a la carpa de atletas y me encuentro a la élite ahí metida. Como ese portero de Tercera que por las mañanas es electricista y de pronto entra al vestuario de un estadio de Primera en la Copa del Rey de fútbol.

No hace falta ni decir que los atletas son mucho más accesibles que los futbolistas, y que ya he coincidido más veces con muchos/as de ellos/as, pero aún así, encontrarte a toda la tropa ahí, impone. Dejé mi mochila en una esquinita y salí a calentar.

El calentamiento muy bien, se pasa volando entre colegas, que la San Silvestre es como una reunión de antiguos alumnos donde te encuentras con un montón de gente a la que tienes muchas ganas de ver. Las sensaciones muy buenas, piernas frescas, mucho ánimo.

Me habían avisado de que a las 19:40 se llevaban las bolsas de la carpa a la meta. Aparezco en la carpa a las 19:37. Ya no hay bolsas dentro. Me cago en la puta, ahí tenía todo... la camiseta con el chip, el DNI... mierda, mierda, mierda.

Pregunto a uno de organización y casualmente a mi lado estaban los coches ranchera cargados con las bolsas de los élite. Gente muy maja y curtida en mil batallas que me dicen que tranquilo, que la buscan. Y eso hacen. Qué puta suerte, si aparezco un minuto después, adiós carrera.

Me cambio de ropa a toda hostia, pillo lo que puedo, y me acuerdo de casualidad de coger el DNI. Porque sí amigos, el pringao que os habla, se enteró ayer de que en este cajón hay cámara de llamadas, como en las competiciones de federados.

Voy a la cámara de llamadas, y ahí además de revisar DNI, revisan las camisetas. Si la camiseta de tu club tiene publicidad, nombres o logotipos más grandes de lo permitido, te ponen un trozo de cinta americana encima porque si no la IAAF quita puntos para obtener etiqueta oro.

Total, que donde antes ponía "Suanzes" ahora hay una tira de cinta americana negra. Me sorprende que la IAAF prefiera ver eso tan cutre antes que el nombre de un club pero bueno, conozco bien a la FIBA y sus chorradas, no me voy a sorprender por lo que haga la IAAF.

Llego a la zona de salida, hago tres o cuatro progresivos, y ya estaban los "pastores de atletas" metiéndonos en el redil para prepararlo para la salida. No me voy a poner en primera fila joder, no es mi sitio. En segunda fila mejor, y porque en el cajón élite no hay más filas.

El sitio lo elijo bien, a la izquierda del todo. Hago más metros, pero me libro de enganchones y atascos. Y delante tengo al Chiqui Pérez. Estupendo. Primero porque es un atleta al que admiro, y segundo porque es bajito y así se me ve en la salida. No es coña, adjunto foto.

Llevo una cinta japonesa en la cabeza en homenaje a Vicente Capitán y su familia. Parecida a la que usaba él en las competiciones, pero la mía con el escudo del Estu, la cabra tira al monte. Delante de mí se ve al Chiqui Pérez con el esparadrapo negro del que hablaba antes.

Ahí, que no se me ve la camiseta, me quito la cinta americana. "Suanzes" a la vista, por favor, qué menos. En ese momento me doy cuenta de una pifia por las prisas. Llevo las mallas de calentar, y debajo pantalones. Muy bien. Los huevecillos por lo menos van a ir abrigados.

De lo que sí me acordé es de hacerme cuatro nudos a las zapas. Luego por la noche tardé cinco minutos en desatármelas, pero después de la cagada del año pasado, de correr 3km con un cordón desatado, toda precaución es poca. Pringao vale, reincidente no.

Pistoletazo de salida, sin avisar, y muy puntual. A correr. No sé si por ir un poco más rápido de lo que debía o porque tardo en calentar, pero mis sensaciones son de ir muy mal. Llevamos doscientos metros de subida. Pues sí que empiezo bien. No quiero ni pensar en Vallecas.

Las chicas de élite están cerca, pero se van alejando. Mejor, que estaban para bajar de 31 (y de 30, animalicas), y ésa no es mi guerra. Empiezo a mirar alrededor y veo que conozco a muchos compañeros de batallas. Bien, voy algo rápido pero estoy en buen sitio.

En la bajada del kilómetro 2 por Serrano voy embalado porque se está abriendo el pelotón y no quiero cortarme. Ese kilómetro me salió a 2:54. Pues bien, me pasó Tirunesh Dibaba por la derecha a todo trapo. Mírala, tan chiquinina y cómo mueve las piernas.

En el kilómetro 3, en la embajada americana está mi punto de animación. Sí joder, soy un pringao, pero tengo mi propio punto de animación todos los años. Mis colegas @santiescribano y @naky_nu con su padre y banderas y delfines... cada año se lo curran más. Cómo os quiero.

Sigo yendo en grupo, cada vez somos menos. Pero lo bueno es que conozco a casi todos y sé que ahí iré bien. Pero vamos algo rápido, con las sensaciones que he tenido en la primera cuesta, no sé yo. Kilómetro 5 en 15:22 según el chip, aunque yo creo que algo menos. Uffff.

Llegamos a Atocha, ese falso llano que como vayas jodido te parece un puerto. Pero no, me siento bien. Sigo en el grupo, haciendo un poco la goma, pero no me preocupa, las cuentas para el sub-32 siguen saliendo. Me pasa Trihas Gebre, joder, no pensaba que estaba tan bien ella.

Llegamos a Puente de Vallecas. Empieza la carrera de verdad, todo lo anterior ganado vale de poco si ahí llegas muerto. Paso el kilómetro 8 en 24:55. Las cuentas están claras: dos kilómetros de subida en menos de 7 minutos. Parece fácil decirlo... si no conoces la Vallecana.

Entonces pasan por tu mente todas las movidas motivacionales de "es el momento que estabas esperando", "sufre ahora y disfruta luego"... joder, qué poco me ayudan esas cosas. Voy tostadísimo, me siento como si fuese a 5min/km, pero no, 3:27... siguen saliendo las cuentas.

En ese momento me pasa la portuguesa Sara Ribeiro como una moto. Vale, no es que yo vaya mal, es que ella va muy bien. Calma. Aprieta... nooo, que queda la última cuesta antes de entrar al estadio, guárdate algo. Las cuentas salen. O no, yo qué sé, paso de mirar el reloj.

Entramos al estadio. Casi me voy de boca en la bajada con un pliegue de la alfombra. Veo el reloj borroso, y no soy miope. Ya en la recta veo que voy en tiempo. A entrar en meta disfrutando. 31:46. Final feliz. Beso a la valla a la que el año pasado golpeé frustrado. SÍ, JODER.

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