La Subida al Gran Hotel Bali de Benidorm regresa tres años después

La Subida al Gran Hotel Bali de Benidorm regresa tres años después

Entre el hall del Hotel Bali y su azotea hay 924 escalones. 52 pisos. Ese es el recorrido de esta espectacular prueba que se corre hacia arriba y no hacia adelante. Un evento que alcanza su décimo séptima edición tras su ausencia obligada de tres temporadas a causa de la crisis sanitaria. La Subida al Gran Hotel Bali es un calentón de los buenos. Una prueba que, para los más rápidos, apenas dura 5 minutos. Y para el común de los mortales, poco más.

La prueba se celebra el 22 de abril a las 10:00 de la mañana. Además, por sexto año la competición formará parte del prestigioso circuito internacional de Towerrunning, carreras de rascacielos y escaleras que se celebran en edificios emblemáticos, como el propio Empire State Building o la Shangai Tower. Por eso los mejores especialistas en carreras verticales estarán presentes en Benidorm. Participarán en la modalidad Elite, con un formato de contrarreloj con salidas cada 30’.

El grueso de los participantes lo hará, de este mismo modo, en la modalidad Open. Mientras que la modalidad Bomberos Equipados reunirá a los mejores corredores de este cuerpo para competir ataviados con su equipo de intervención. Llevarán un peso que supera los 30 kilos: traje ignífugo, bombona de oxígeno, casco y botas.

Se espera una cifra de participantes que supere el medio millar. Y es que, como apunta su director Miquel Tortosa, “después de tantos años de espera, hay muchas ganas de volver a coronar el Gran Hotel Bali”. La meta de esta prueba no puede ser más espectacular, no solo por las vistas panorámicas que se obtienen de Benidorm y de la costa alicantina, sino por la agonía de los atletas que alcanzan la cima del edificio con las pulsaciones totalmente disparadas.

No vamos a engañarnos. La prueba es muy agónica. Tanto que cuesta gestionar ese esfuerzo máximo durante los pocos minutos que dura la subida. Pero esa es una de las claves. La manera en la que se afronta la Subida al Bali es personal e intransferible. No hay dos iguales. La cuestión es optimizar el tiempo al máximo y tomar bien los giros en los descansillos. Algunos corredores suben los escalones de dos en dos, otros prefieren tocar en todos y hacerlo más rápido. En cualquier caso, todos van al límite.

En esta edición se repartirán 3.000 euros en premios en metálico y un bonus en el caso de que alguien logre batir los actuales récords, en posesión de Christian Riedl (4:20) y de Suzy Walsham (5:31). El listón está altísimo. Casi tanto como la propia línea de meta en la azotea del Bali, a 186 metros de altura. Por algo es el hotel más alto de Europa.

Más información en la web oficial del evento.

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