Aunque es una afectación rara dentro de los corredores, su presencia es peligrosa y requiere asistencia médica inmediata para evitar males mayores, especialmente si afecta a una vena profunda (en este caso suele llamarse Trombosis Venosa Profunda y abreviarse con las siglas TVP). Las que afectan a venas superficiales, por suerte, suelen ser menos problemáticas y en ocasiones mejoran con remedios tales como elevar el miembro afectado (normalmente la pierna), el uso de medias compresivas graduales e, incluso, anticoagulantes. De todos modos, evita la automedicación y consulta al médico en el caso de necesitar ayuda.
La tromboflebitis es básicamente la inflamación de una vena a causa de un trombo (un cúmulo de sangre coagulada). Este trombo se puede producir por diversas razones pero una de las más habituales para los corredores (y seguramente la que afectó a Javier Guerra) es la inmovilización prolongada, por ejemplo estarse sentado durante demasiadas horas en un avión. Es lo que hace unos años se empezó a llamar “síndrome de la clase turista” y, aunque los vuelos de larga duración son más cómodos que hace unos años, es recomendable caminar por el pasillo de vez en cuando para evitar males de este tipo.
En cuanto al trombo, cuanto mayor sea su tamaño, más grave será el problema. Y cuando más profundo esté, también. Las venas profundas son las de mayor calibre y las que llevarán la sangre a los pulmones. Si, por desgracia, un trombo llegara a los pulmones se podría comprometer mucho el sistema respiratorio y ser fatal, aunque esto ocurre en muy pocos casos y no es habitual entre los deportistas jóvenes sino más bien entre la población anciana.
Los síntomas para la TVP suelen ser dolor, hinchazón, rubor (enrojecimiento) y calor. Y para evitarlo, en el caso de que no seas fumador, ni obeso, ni de edad avanzada ni embarazada, el único consejo además de evitar estar sentado durante muchas horas, es el uso de medias compresivas durante los viajes de larga duración (no sólo en avión, también en tren, autobús y coche).