La velocidad del impacto

La velocidad del impacto

Cada vez es más habitual que nos fijemos en la manera de pisar, en el número de pasos por minuto, en el ritmo de carrera y en muchos otros parámetros. Pero uno parece ser claro indicador de futuras lesiones: la velocidad del impacto con el suelo.

Al pisar el suelo, lo ideal es hacerlo de manera “parabólica” con valores de hasta 3 veces el peso corporal. Nuestro pie contacta el suelo y va colocando peso armónicamente hasta el momento máximo (cuando nuestro cuerpo está justo encima del pie) para luego ir cediendo fuerza hasta el momento del despegue. Si analizamos este movimiento, la fuerza del pie contra el suelo describe una parábola sin grandes pendientes y con un solo pico. Es la pisada perfecta. Pero… ¿qué es lo que suele ocurrir?

Dentro del colectivo de los corredores, es muy habitual que la fuerza del pie contra el suelo no describa una parábola sino una especie de giba de camello (la de los dos picos). De esta manera, para colocar dos picos y un valle, las pendientes tienen que ser más pronunciadas. Esto se traduce en que el primer impacto con el suelo, en lugar de ser armónico y progresivo, es violento y lesivo. ¿Te resulta familiar?

Este dibujo de doble giba es el habitual entre los corredores con un impacto de talón muy pronunciado. La amortiguación de la zapatilla puede parar ligeramente el golpe, pero es mucho mejor aprender a correr bien y describir, en la medida de lo posible, una curva armónica donde la velocidad del impacto sea menor.

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