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Lesiones: el esguince de tobillo

Determinar el tiempo de inactividad en un esguince de tobillo depende del grado de la lesión (grado uno, dos o tres). Sólo los esquinces más graves (grado tres) pueden requerir una solución quirúrgica; los demás necesitan sólo algo de paciencia y buenos cuidados para recuperar el tejido dañado y evitar las recaídas, que en esta lesión en particular son muy habituales.

Cuando sospechamos que tras una torcedura nos hemos lesionado cualquier ligamento (el más habitual está en la zona externa del tobillo) el tratamiento más habitual es la colocación de hielo pero ¿por qué? A menudo nos espanta la inflamación reactiva y queremos evitar que el tobillo se ponga como una pelota pero ¿es lo mejor que podemos hacer?

Si nos paramos a pensar, el cuerpo reacciona a la lesión del ligamento con una inflamación local para que llegue más sangre a la zona afectada. Si colocamos hielo y cortamos la inflamación, impedimos que llegue la sangre necesaria para reparar el daño y, como consecuencia, se tardará más tiempo en recuperarse. Yo recomiendo a mis pacientes que no se coloquen hielo en los dos primeros días después de un esguince, aunque si la inflamación es excesiva y dolorosa, acepto que sumerjan el pie en agua fría.

Otro aspecto importante es la inmovilización durante al menos una semana, aunque no es necesario que se haga con yeso o embutiendo el tobillo con vendas tal y como se hacía antes. Tu fisioterapeuta de confianza te hará un vendaje funcional con esparadrapo que consigue dos objetivos muy importantes: inmovilizar el ligamento dañado y permitir que el pie se mueva en el resto de direcciones. Hay que entender que el mayor mal que puede recibir un esguince lesionado es un estiramiento, por lo que protegerlo es el objetivo principal del tratamiento durante los primeros días.

Durante estos días también son recomendables los ultrasonidos para ayudar a drenar el exceso de líquido acumulado y los masajes que favorezcan su reabsorción. Al mismo tiempo y de manera muy progresiva, hay que empezar los ejercicios de propiocepción (equilibro y sensibilidad). Se puede trabajar con una báscula y la percepción del dolor del paciente: ¿cuántos kilos de peso puede soportar con el pie lesionado sin sentir dolor? El valor que consiga la báscula será el valor de referencia y se tomará como un porcentaje de su peso total.

Mientras estemos en menos del 50% del peso del paciente, los ejercicios tienen que ser con la ayuda de soportes (muletas, sentado o en el agua si nos llega al pecho). Hasta el 80% del peso corporal, los ejercicios se pueden hacer de pie con apoyo bipodal, a la pata coja con una muleta o a la pata coja con el agua a la altura de la cintura. Por último, si el paciente soporta más del 80% de su peso sin dolor en el tobillo se puede trabajar a la pata coja sin soporte alguno y progresivamente incorporar ejercicios que impliquen saltos.

Por ello, los esguinces de tobillo significan un parón de por lo menos un par de semanas (se pueden alargar bastante) y hay que ser un buen paciente para que no se conviertan en esguinces crónicos. Conviene tener paciencia y no saltarse las etapas del tratamiento, especialmente la inmovilización inicial y hacer los ejercicios siempre sin dolor e incluso seguir con el vendaje funcional durante los primeros días o semanas de vuelta al entrenamiento.

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