El pasado verano pudimos vivir el Mundial de atletismo celebrado en Londres. El campeonato de las sorpresas, el campeonato de las despedidas. Serán recordados, posiblemente, por ser el punto y final del velocista más grande de todos los tiempos, Usain Bolt. También por la despedida del tartán de Mo Farah, a quien ahora podremos ver intentando grandes cosas en ruta. Para nosotros, serán recordados también por ser ¿los últimos? de Ruth Beitia, la mejor atleta española de todos los tiempos, que se emocionaba tras la final de altura y se nos abría en canal. ¡Grande!
Durante la semana de competición comentaba en redes sociales lo agradecida y orgullosa que estaba de los atletas españoles. ¿Por qué? Por su generosidad a la hora de explicar ante las cámaras de televisión lo que les estaba ocurriendo. Muchos de ellos acudían a zona mixta decepcionados, tristes o enfadados. Algunos emocionados. Los menos, contentos. Pero todos ellos nos hablaban con el corazón en la mano. Me impactaron ciertas lecciones que nos regalaron y que desde aquí agradezco. Algunas de las enseñanzas fueron:
· No hay excusas: no oí a ninguno de los atletas españoles excusarse en una lesión, en un contratiempo de última hora, en la imposibilidad de entrenar bien, en el cambio de ciudad… Problemas los hubo, claro, pero no los utilizaron para justificarse. Todos asumieron sus resultados, ya fueran buenos o malos, con entereza y dignidad. ¡Qué difícil!
· No recrearse: me impactó que la mayoría de ellos después de la reflexión, enseguida ponían el foco en la siguiente competición, en el siguiente reto. Era como si nos estuvieran diciendo que si hoy no había salido bien, tenían una nueva oportunidad más adelante. No hacer sangre, ¡que gran hábito!
· Sentir: me encantó ver cómo nuestros chicos hablaban con el corazón en la mano. No les importaba hacernos llegar cómo se sentían. Ellos, tan acostumbrados al mundo de las sensaciones, nos explicaban su experiencia sin miedo a ser juzgados o mal interpretados. Así se sentían, así nos lo hacían saber. ¡Que cunda el ejemplo!
· Valores: esfuerzo, resiliencia, dureza mental, lucha… Lo digo porque es muy fácil subirse al carro de estos valores cuando los resultados son buenos, pero lo difícil es hacerlo cuando no lo son, cuando las dudas te pueden asaltar, cuando las cosas no salen.
Quizá sea una exagerada, quizá la procesión vaya por dentro, pero esto es lo que me comunicaron. Con lenguaje fresco, del mundillo, sin artificios ni topicazos. Y sí, son un ejemplo para otros muchos deportes. ¿Por qué? Porque después de una semana de exquisita competición, pongo la televisión por la noche y veo en un mismo partido de fútbol engaños “de listo” para ganar, empujones a quien dirige el partido y exhibiciones narcisistas.
Pues que queréis que os diga… ¡VIVA EL ATLETISMO…LIMPIO!
Un abrazo grande a todos los participantes del Mundial, en especial a la Selección Española por enseñarnos grandes valores. Porque en la vida, no todo son resultados.
Mar Rovira es Psicóloga Deportiva y lleva años asesorando a deportistas para que estén más cerca de conseguir sus metas. La puedes encontrar en marrovira.wordpress.com