“Los deportistas vivimos de los resultados pero, a la larga, no dejan de ser cosas materiales que se olvidan”

“Los deportistas vivimos de los resultados pero, a la larga, no dejan de ser cosas materiales que se olvidan”

Nacido en Sevilla y afincado en Zaragoza. Ambas ciudades están separadas por más de 800 kilómetros. Pero él no ha sido de kilómetros, sino más bien de metros. En concreto, 800. Luis Alberto Marco acaba de colgar las zapatillas. Lo hace a los 33 años, tras unos últimos años para olvidar debido a las lesiones. Olímpico en Londres (2012), 5 veces mundialista y ha participado en 8 Europeos al aire libre y bajo techo. Casado con una atleta (Isabel Macías), tiene claro que más allá de sus logros deportivos, se siento orgulloso del legado. Legao tantoa a nivel personal y de valores como corredor.

-Lo dejas a los 33 años, tras unas 3 últimas temporadas totalmente en blanco, debido a las lesiones en los gemelos que has sufrido. ¿Una buena edad para dejarlo o bien no se han dado las circunstancias bajo las cuales te habría gustado colgar las zapatillas?

No ha sido la forma de despedirme que me habría gustado, que habría soñado. De hecho, todo ello viene tras 2 temporadas prácticamente en blanco. 2017 y 2018 en las que luchaba más por ponerme en forma y llegar al Campeonato de España que por el hecho de llegar a mi nivel deportivo. Deseaba hilvanar varias semanas con buenos entrenamientos, pero, lamentablemente, no lo conseguí. Y, al final, pues, todo se ha dado de esta forma. Me hubiera gustado poder despedirme corriendo, en la pista, en el tartán.

-¿Te queda algún resquemor dentro contra estas lesiones que te han lastrado tanto?

(Reflexiona un instante antes de responder). La verdad es que creo que, a pesar de todo, he sido un deportista con suerte. No he tenido grandes lesiones a lo largo de mi carrera deportiva, quitando algún esguince ocasional o alguna tendinopatía de Aquiles. No tuve que estar demasiados meses parado. Por lo tanto, esta última etapa, lesionado, fue un poco una sorpresa para mí. Cuando empecé con los problemas en los gemelos, pensé que sería algo puntual, una pequeña lesión. Pero el problema se cronificó hasta terminar así. Pero, como te decía, considero que tuve suerte porque, en los años de mi mejor rendimiento deportivo, pude correr sin lesiones.

-En tu escrito de despedida (titulado “¡Gracias por todo Atletismo!”) has citado la importancia de tus padres y de tu hermano a la hora de hacerte atleta.

Me inicié en el mundo del atletismo siendo un crío. Y a esa edad todo lo que hacía, lógicamente, dependía de mis padres. Fueron fundamentales, junto a mi hermano, que me saca 5 años. Él también me impulsó a correr desde bien pequeño. Mis padres pusieron todo de su parte y me ayudaron en mis inicios dentro del mundo del atletismo. Pero sin llegar a vislumbrar que este deporte sería mi vida durante tantos años. De hecho, si no hubiera hecho atletismo, mi vida hubiera sido totalmente distinta.

-¿Qué recuerdas, precisamente, de los tiempos en que empezaste en esto del correr, en la escuela de atletismo de Montequinto, en Dos Hermanas (Sevilla)?

Por aquel entonces, correr era un juego. Yo siempre he sido muy deportista. He practicado muchos deportes, incluso compatibilizándolos con el atletismo. Pero, ahora mismo, recuerdo eses días con mucha felicidad. Iba allí 3 tardes a la semana, eran momentos muy bonitos, en los que me juntaba con los amigos y estar corriendo y pasándolo bien. Y los fines de semana íbamos a carreras populares y a carreras de campo a través.

-Ahora mismo, das clases en la Universidad San Jorge de Zaragoza. Y llevas también el área de valoración deportiva en una de las clínicas más importantes de la capital aragonesa. Pero, ¿es fácil digerir la cuestión del y ahora qué, sin el atletismo?

Ésta no es una cuestión fácil. Realmente, es complicado, aunque ahora ya estoy un poco adaptado a ello, ya que he tenido tiempo para hacer un cambio gradual. Cuando más lo noté fue tras el año 2016, que fue el último año en el que competí a cierto nivel, aunque sin conseguir mis objetivos. Estuve en el Campeonato de España, fui finalista en 800, pero no me clasifiqué para Río. Y, al no conseguir la clasificación, el año siguiente dejé de tener ingresos y fue realmente un shock. El deporte, el atletismo en concreto, era mi afición, pero también era mi forma de ganarme la vida.

-Tu profesión, de hecho.

Sí, en ese momento era mi medio de vida. De un año para otro, de repente, me vi sin nada (admite muy sincero). Y eso fue un punto de inflexión, un baño de realidad. También me he dado cuenta de algunas de las ventajas que tiene ser un deportista de alto nivel. Disponía de mi tiempo a mi antojo. Tenía mis horas de entrenamiento, pero el resto de la jornada la gestionaba por mí mismo para poder tener ratos de ocio, estar con la familia…

-Unas ventajas que, en este caso, sí han quedado en el camino. 

Ahora, como cualquier trabajador normal, si necesito viajar, debo pedirme el día de vacaciones. Tengo un horario fijo… He tenido que adaptarme a todo ello, ya que mi vida, realmente, era otra. En aspectos como estos, ser deportista era cómodo. Quitando el rato de entrenamiento, tenía el resto de jornada para mis intereses.

-¿Te ves en el papel de entrenador y ligado íntimamente al mundo del atletismo?

Sí, en realidad ya estoy entrenando a algunos atletas a distancia y también a mi mujer (Isabel Macías, atleta internacional). Eso sí, con ella hemos entrenado poco tiempo. Desde que me ocupo de su planificación casi no ha podido correr. Un año se operó de una pierna y al siguiente de la otra. Y también hemos sido padres en este lapso de tiempo (dice con un tono jocoso mezclado de auténtica realidad). Pero, como bien dices, sí me gustaría seguir vinculado al mundo del atletismo, porque es lo que he estudiado. Ahora mismo, no tengo el tiempo como para crear un grupo de entrenamiento y estar con ellos y ellas todas las tardes. Pero es algo que me gustaría hacer en el futuro.

-Si pudieras volver atrás, ¿hay alguna cosa de tu vida deportiva que afrontarías y harías de forma diferente?

(Piensa largo antes de responder, sin ninguna prisa). Creo que he tenido una carrera bastante coherente. Con la experiencia, analizas algunos aspectos y piensas que quizás los podrías haber afrontado o hecho mejor. Se trata de pequeños detalles o de concentraciones en las que quizás no estuve del todo centrado. Sin embargo, realmente, no creo que haya ningún episodio que debería haber cambiado y haberlo llevado a cabo de forma radicalmente distinta. No lo veo por ninguna parte en mi historia deportiva.

-En 2008 lograste tu mejor marca en los 800 metros hasta entonces (1’46”23) y te quedaste a escasas centésimas de la marca olímpica. 4 años más tarde te desquitaste y sí pudiste estar en Londres, llegando a semifinales. ¿Es lo máximo a lo que puede aspirar un atleta?

A nivel de competición, sí. Poder estar en unos JJOO es lo máximo. No hay otra competición que tenga este carácter universal. Dentro del atletismo, ir a unos JJOO es lo máximo a lo que puede aspirar un atleta. Aunque también puede haber otros objetivos importantes como pueden ser el Campeonato del Mundo o el Campeonato de Europa.

-Repasando tu palmarés internacional en los 800 metros, sobresale la 4ª plaza del Campeonato Europa de 2007 en Birmingham, el subcampeonato indoor de Europa en Turín, tu 6ª plaza en el Mundial Doha indoor de 2010… ¿Con qué resultado de estos te quedarías?

En realidad, todos han tenido su importancia y han influido en los otros. De todas formas, si tuviera que quedarme con sólo uno de ellos, te diría la medalla. Es decir, el subcampeonato de Europa, porque ha sido mi única medalla a nivel internacional. Eso sí, si hubiera tenido un poco más de suerte, creo que podría haber ganado un par más y tener 3 Europeos de pista cubierta.

-Cuéntanos…

En 2007, como bien decías, quedé en 4ª posición pero en la misma centésima que el tercer clasificado (fue el italiano Maurizo Bobbato con un tiempo de 1:48:71). Nos diferenciaron por la milésima a la hora de valorar quién debía subir al podio. Bien es cierto también que yo debutaba a nivel internacional en ese campeonato y quizás, en la final, me faltó creerme que podía estar realmente luchando por una medalla. Y en 2011, en el Campeonato de Europa celebrado en París, llegué en el mejor momento de mi carrera deportiva. A falta de 300 metros, cuando iba primero en la final, el polaco Lewandowski me tocó y me fui al suelo. Creo que podría haber ganado aquella carrera. Nunca había estado en un momento de forma como aquel.

-¿Influye en tu elección –quedarte con el logro de Turín- el hecho que sólo te batiera el ruso Yuri Borzakovski?

Sin ninguna duda, porque siempre fue uno de mis referentes a nivel internacional, ganador de diversas medallas olímpicas. Y tener una foto en un podio junto a él, uno de mis ídolos, es un grato recuerdo.

-Formaste parte de una generación sevillana que dominó el 800 en España durante casi 2 décadas. Antonio Reina, Kevin López o Manuel Olmedo. Como hemos repasado, tus mayores logros siempre llegaron en el 800. No obstante ¿te hubiera gustado obtener mejores resultados en el 1.500, una prueba donde la armada española, tradicionalmente, siempre lo ha hecho bien?

En mis inicios, fui más un corredor de 1.500 metros. Sin ir más lejos, mi primera internacionalidad fue en la prueba de los 1.500 metros. Llegué a ser campeón de España juvenil en 1.500 metros e incluso estuvo en la final del Mundial juvenil en esta misma distancia (terminó en 11ª posición), algo que quizás mucha gente no sabe. En mi etapa junior, ya alterné con los 800 metros, pero fui 4º en el Campeonato de Europa junior. No obstante, a partir de entonces, los resultados me llegaron en el 800 y me decanté por esta disciplina. Creo que me he especializado en una prueba que se me ha dado muy bien y en la que he podido competir con los mejores, de tú a tú, y, en definitiva, ha marcado mi vida deportiva. Por lo tanto, no me arrepiento de no haber apostado más por el 1.500, aunque quizás me queda un poco una espinita clavada. Tras el 2016, cuando empezaron mis problemas con las lesiones, mi idea era entrenar para el 1.500, pero los problemas físicos me lo impidieron y no llegué ni siquiera a competir.

-Tras conocer tu despedida, uno de los referentes a día de hoy del atletismo español como es Toni Abadía, escribió en Twitter: “Gracias por el legado que nos dejas, los valores que representas y porque los más jóvenes siempre necesitarán espejos donde mirarse. Y tú eres y serás el espejo de esos espejos”.

En realidad, más que de títulos deportivos concretos, me quedo con gestos como estos. Con la experiencia y la perspectiva desde la que lo estoy viendo ahora, te das cuenta que lo más importante es haber sido un referente para algunos deportistas. Por la forma y valores con los que me he acercado al deporte, y cómo los he transmitido a lo largo de mi carrera atlética. De hecho, estoy muy agradecido a Toni por sus palabras y también por los mensajes que me ha hecho llegar mucha otra gente en este sentido. Los deportistas vivimos de los resultados y las medallas ganadas tuvieron su importancia en su momento concreto, pero, a la larga, no dejan de ser cosas materiales que se olvidan. La gente se queda más con aquellos deportistas que les transmiten algo más, independientemente de sus logros y medallas.

Subcampeón de Europa Indoor de 800 metros (2009, Turín, Italia)

Semifinalista en los JJOO de Londres

4º Campeonato de Europa (2007, Inglaterra)

6ª posición en el Campeonato del Mundo Indoor (2010, Doha, Catar)

7ª posición en el Campeonato de Europa (2010, Barcelona)

Campeón de España Indoor de 800 metros (2008, 2009 y 2010)

Campeón de España de 800 metros (2009)

Mejor marca en los 800 metros: 1:45:26, en la prueba de la Diamond League disputada en Lausanne

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