Apretemos el botón para viajar unos años atrás, tampoco tantos. ¿Quién recuerda salir a correr con un pantalón de chándal? Para entrenar, pantalón de chándal ¿no? Esta pieza, en sus años, estuvo muy unida al running, la vestimenta más popular para correr en climas más fríos… y los no tanto ¿Algún aludido de la ‘vieja escuela’?
¿A quién le choca ver ahora a alguien corriendo con un pantalón de chándal? Las mallas, pantalones ajustados, colores y tejidos inundan nuestras calles y un pantalón de chándal ha pasado al destierro de muchos armarios. La prenda que solo tenía hueco para ser sudada, ahora ha pasado a ser considerada como una pieza apta para los estilismos streetstyle. En cambio, la mallas ajustadas con cierta presencia en las pasarelas de moda, ahora son las estrellas del running. Un cambio en las reglas del juego del estilismo de calle y runner. La respuesta a estos canjes de papeles la encontramos en el giro de las costumbres sociales, un hecho que ha venido impulsado por la acción de la industria de la moda.
Por qué antes chándal sí
Situaciones como tener que salir de casa con unas mallas ajustadas y sentirse observado no es plato de buen gusto, bueno… lo era. La opción de salir de casa cambiado era desechada de inmediato, así que mochila en mano y a cambiarse en el lugar de entreno. Otra actuación pasaba a ser el salir de casa en modo chándal y quedarse en mallas solo en el momento en que íbamos a empezar a correr, pero ¿dónde dejamos el pantalón de chándal? ¿Nos lo llevamos a cuestas? Esto lo dejo en el aire, seguro que muchos de vosotros tenéis vuestra respuesta y puede que sea un tanto cómica.
Siguiendo con la ‘normalización’, que decir de la leyenda de Rocky Balboa y sus entrenos por las calles con su mítico chándal gris. La industria cinematográfica también contribuyó a extender esta práctica. ¿Cómo voy a salir en mallas si tengo un pantalón de chándal?
Por qué ahora mallas sí
Pensemos. ¿Nos resulta chocante ver a alguien con mallas? La respuesta es no. No solo vemos habitual ver a un runner en mallas, sino que cruzarnos con alguien en mallas y el resto de su kit para correr no llama nuestra atención, por lo menos no lo vemos descabellado. Pero lo más importante de esto es que aquel que se pasea en mallas por las calles no se siente observado, algo fundamental para dejar algo que pesa a muchos ¡las manías y el sentirse ‘raro’!
Y es que las mallas running se han hecho su hueco y con razón. Su tecnología avanzada pensada para el mayor beneficio y comodidad del corredor es la mayor responsable, además de la apuesta de las firmas de deporte por los diseños más actuales y rompedores. Ahora el corredor cuando compraunas mallas repara en aspectos como el tipo de tejido, las costuras, la sujeción, los accesorios y por supuesto, la estética.
Llegado a este punto, volved a pensar ¿sois de los que miráis dos veces cada vez que veis a alguien correr en chándal?