Hace ya una semana que volví a Barcelona y no dejo de pensar en la maravillosa experiencia que viví en Boston presenciando la ciento vigésima edición del maratón más antiguo que se celebra de forma continuada, el Maratón de Boston. Es importante mencionar que no corrí el Maratón. Pero sí pude presenciar el impacto que tiene el evento en la ciudad, algo que no había visto en otras maratones de primer nivel.
Llegamos entre semana a Boston, y aprovechamos los días previos al Maratón para hacer turismo. Quizás no tiene el glamour de Los Ángeles, la majestuosidad de Washington, o la magia de Nueva York, pero Boston es una ciudad llena de historia. No en vano allí sucedió el motín del Té, precedente de la Guerra de Independencia.
Tocaba dejar el turismo e ir a conocer la John Hancock Expo, espacio de recogida del dorsal. El edificio se sitúa en la calle BoylstonStrett, calle donde se sitúa la línea de llegada, así que aprovechamos para ir caminando y verla. Pero la sorpresa llegó al ver ya toda la línea de meta ya instalada. ¡Era viernes y ya tenían la calle cortada! y llena de gente haciéndose fotos.
Llegamos a la Expo, que se divide en dos plantas, la primera con la Expo y la segunda con la recogida del dorsal. Algo inusual, pero que no impedía que la todos pasaran por la Expo. Ya dentro vemos que Adidas, patrocinador del Maratón ha creado cantidad de productos de merchandaising que se venden solos. Chaquetas, camisetas técnicas, mochilase incluso tazas, termos o peluches con la mascota. Todo el mundo salía de su tienda con las bolsas llenas (preguntamos, y la media de gastos oscila sobre 200€). Ya en la Expo también nos sorprendió que otras marcas también creasen su merchandaising alrededor de la Maratón. Además también tenían un nivel de aceptación muy alto.Tras visitar la Expo subimos a la recogida del dorsal y allí vimos como muchos llevaban la camiseta o chaqueta de otras ediciones. Iban a recoger el dorsal orgullosos de haber participado.
Llegó el día del Maratón y la ciudad hace suyo el evento, a pesar de ser día festivo, las tiendas abren y se solidarizaban con los corredores. Lazos, mensajes, pizarras, pancartas, y tiendas ofreciendo descuentos si presentabas el dorsal. Todo el comercio volcado con el evento. Los colores amarillo y azul toman la ciudad.
Hay más de 30 puntos de control para bolsos y mochilas para que no se repita la triste historia del atentado de 2013. La gente hace colas para acceder a los últimos kilómetros, y muchos de ellos llevan orgullosos la camiseta que reza “Boston Strong” en conmemoración al terrible atentado de hace 3 años.
Ese mismo día hay partido de Béisbol de los Red Soxs, pero eso no resta protagonismo al evento principal, el 120ª Maratón de Boston. Todo el mundo cuando viaja a USA habla de ir a ver la NBA, el Béisbol o el fútbol americano, pero si eres un runner, apúntate el Maratón de Boston. Es un espectáculo americano donde el centro de todo son los corredores.
Poder disfrutar de ese evento en primera persona fue una experiencia increíble. El siguiente reto es correrla.