Mizuno Wave Rider 18: La prueba

Mizuno Wave Rider 18: La prueba

Allá por 1906 nacía en Osaka, Japón, una empresa que sería el origen de lo que hoy conocemos como una de las firmas de material deportivo más prestigiosas del mundo.  Los hermanos Rihachi y Rizno  Mizuno han perpetuado su apellido vinculándolo a varias especialidades deportivas, aunque desde hace ya unos años, mantiene un bonito idilio con el  atletismo más profesional  y, obviamente también, con nuestro querido running.

El manifiesto en el cual basan su filosofía de trabajo  deja a las claras con qué tipo de producto nos vamos a encontrar: “El deporte es nuestra pasión. La tecnología es nuestro socio. Y ser el mejor no es tan importante como hacerlo lo mejor posible”. Un buen preámbulo para presentar las Mizuno Wave Rider 18, uno de los modelos  más representativos de la marca nipona y que, además, son las zapas oficiales de la Maratón de Osaka, qué menos.

Personalmente es una marca que me gusta mucho y de la que siempre es un placer poder testar su material. Así pues, en cuanto tuve en mi poder esta nueva edición de las Rider, me dispuse a disfrutarlas al máximo haciendo lo que más me gusta, creo que tanto a ellas como a mí, y eso no es otra cosa que correr mucho.

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Tal y como su nombre indica, las Rider son unas cabalgadoras, unas trotadoras, nuestras zapas de batalla, las que nos servirán para hacer nuestro entrenamiento habitual. Acumular kilómetros es su misión, están ideadas para ello, pero ciertamente la imagen que me dieron al verlas es de ser unas zapas muy ligeras. No tienen ese aspecto tan, digamos, “tocho” que pueden tener unas zapatillas de amortiguación al uso.

Efectivamente, al ponerlas en la báscula de precisión, quedé sorprendido por sus poco más de 250 gramos de peso para un 41 EUR. Su aspecto también me pareció atractivo, aunque eso ya se sabe que sobre gustos colores. Aquí os ponemos las fotos para que cada cuál haga su propia valoración al respecto.

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El caso es que al calzármelas noté la comodidad necesaria en cuanto a la lengüeta, atado y collar del tobillo.  Y al ponerme de pie y empezar a caminar y luego a correr con ellas, confirmé las sensaciones que a simple vista me habían transmitido: ligereza y estabilidad. Mi primera salida con ellas fueron 10 kilómetros por asfalto a un ritmo bastante tranquilo, rondando los 5’ el km. Debo decir que me sentí muy extraño, me parecieron muy duras. Noté los materiales muy rígidos y la verdad es que no llegué a sentirme cómodo, zapateaba demasiado. Era una mezcla de zapatillas ligeras con buena amortiguación, pero duras. Me quedó claro que éstas son de las que hay que domesticar antes de empezar a cargarles kilómetros.

Bueno, no nos asustemos, eso se arregla caminando un poco con ellas y haciendo algún que otro rodaje suave más. Al cabo de los días empiezas a notar mejora en cuanto a su amortiguación. Lo cierto es que el Wave, el tradicional sistema que utiliza la marca, es un poco más rígido de lo habitual. Aunque eso sí, lo compensa con una plantilla más blanda y con su nuevo material estrella incluido ya en otros modelos, el U4ic. Además incluye en el talón el SR Touch que ayuda a mitigar el impacto contra el suelo cuando entramos más de talón.

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Así pues con la conjunción de estas armas no nos podía fallar la amortiguación. Al ser neutras, el Wave está configurado en paralelo, dispersando así de forma uniforme el impacto al aterrizar por toda la suela. A pesar de que pesan unos 10 gramos más que sus predecesoras, las Wave Rider 17, el mencionado U4ic es  más ligero que el AP+, por lo que la zapatilla aumenta exponencialmente su nivel de amortiguación sin apenas incrementar su peso global.

Controlado este aspecto fundamental de unas zapas de entrenamiento ya podemos empezar a darles mucha más caña. Toca correr más rápido con ellas y durante más kilómetros, a ver cómo responden. Así pues, subimos la marcha y el nivel de exigencia. Lo primero que notas al incrementar el ritmo es que tienen una buena tracción y también una buena transición de la pisada. Estas buenas sensaciones, en cierta manera, vienen motivadas como consecuencia de esa mayor dureza de la suela de la que hablábamos y que nos proporciona un mejor grip al tener un arranque más contundente.

También por las modificaciones incluidas en los cortes de flexión de la suela, más tradicionales que en su anterior edición, y por el Smooth Ride, que pretende darle un mayor redondeo a la zapa para conseguir la ansiada fluidez en el proceso de aterrizaje-apoyo-despegue. Otro dato que hay que mencionar son los 12 milímetros de drop que, por supuesto, ayudan también en todo este mecanismo. Para reforzar las zonas de mayor abrasión cuentan con el X10, esas plaquitas de caucho que protegen la suela donde más lo necesita.

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En definitiva, podemos correr más rápido con ellas si fuera necesario, sí. Yo me marqué unas cuantas series a buen ritmo para corroborarlo. Está claro que no son  unas Sayonara, pero si hace falta tienen respuesta.  Sin embargo en una tirada más larga, de 12 a 20km, te incitan en cierta manera a llevar un ritmo más pausado. Además de lo mencionado en cuanto a amortiguación y transición tienen una buena estabilidad y gracias al Airmesh, el material utilizado en las mallas que recubren la zapa,  poseen una correcta transpirabilidad.

Son muy aptas para recorrer muchos kilómetros y sentirnos cómodos y ventilados.  En un ritmo medio, de no más de 4’30 el km, es cuando empiezas a disfrutar de su verdadero potencial en todo su conjunto. Para evitar rozaduras y aprovechar mucho mejor los impulsos que realizamos a cada zancada se  incluye el Dynamotion Fit, un upper con un corte de una sola pieza que se ajusta al pie en cada uno de sus movimientos.

Los terrenos por donde las he “maltratado” han sido principalmente por asfalto y tierra, no he querido abusar de ellas en la montaña porque creo que tampoco es su hábitat natural. El señor Kono, mítico diseñador de la marca y creador del Runbird (el símbolo de la marca), acertó al decir que una de las cosas que pretendía transmitir era “un calzado con sentido de la velocidad y sensación de fuerza.”

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En resumen…

Son unas zapas de entrenamiento para corredores de pisada neutra o plantilleros de hasta 80 kilos. Aunque debido a su ligereza, no son descartables incluso para la competición en aquellos corredores de peso medio-alto que están empezando y que necesitan más control de su pisada. Con ellas pueden hacer desde un 10k hasta una maratón. Si bien es cierto, su propósito general es ayudarnos en nuestros rodajes de carga de kilómetros debido a su buena amortiguación que, a pesar de ser un poco dura, nos aporta mucha estabilidad, buena respuesta, facilita la transición de nuestra pisada y tracciona muy bien en los impulsos.

Otras características que las hacen aptas para recorrer con ellas largas distancias es que el upper se ajusta a los movimientos del pie y además son muy transpirables. Los terrenos más aconsejables para obtener un máximo rendimiento son en el asfalto y por caminos de tierra compacta. A partir de aquí, lo que consigas con ellas ya depende de ti, sólo recordarte lo que dijo nuestro querido  Rihachi Mizuno: “Nunca te rindas, nunca te conformes. Nunca pares”.

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