Mizuno Wave Sayonara 3: la prueba

Mizuno Wave Sayonara 3: la prueba

Mizuno ha renovado las Wave Sayonara, unas zapatillas orientadas a entrenamientos rápidos e incluso competición. El año pasado analizamos la versión 2 y en esta ocasión hemos puesto a prueba la 3, que nos ha llegado en un agresivo negro y amarillo anticipando lo que nos espera.

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Las Sayonara con unas zapatillas dirigidas a corredores de pisada neutra y en principio para aquellos de peso bajo-medio, aunque lo cierto es que los corredores algo más pesados podrían utilizarlas en competición como voladoras. Aportan buena dosis de estabilidad gracias a su tecnología wave dispuesta en paralelo y corrige la pronación, pero sin anularla del todo. Sus 240 gramos de peso la sitúan entre dos segmentos: los de las zapatillas ligeras utilizadas solo para competir o voladoras y las de entrenamiento para bajo kilometraje. Aporta numerosas prestaciones tecnológicas combinado con la sensación de ligereza.

Contribuye mucho a ello la tecnología U4IC de Mizuno,  que está sustituyendo la antigua AP+ en las mediasuelas de las zapatillas de running. Se trata de un material amortiguador más ligero que permite absorber el impacto de la pisada sin perder la reactividad contra el suelo para hacer la fase de impulso de forma más eficiente.  De todas maneras, la parte del talón, lleva un refuerzo con AP+, ya que esta tecnología de combinación de polímeros le sirve para aguantar más en su parte más débil o expuesta a soportar la carga del peso del cuerpo en corredores que no tienen la técnica muy desarrollada (recepción de la zancada de talón).

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En cuanto la estabilidad en el ciclo de la pisada, que el calzado de running se suele deformar en la zona del collarín y del talón, las Sayonara lo resuelven con el  Dynamotion Fit, cinchas de sujeción interna que permiten que la parte superior (corte) de la zapatilla interactúe con el movimiento del pie y por tanto la zapatilla se ajusta perfectamente al pie durante las tres fases de la pisada. Esto, junto con una horma de zona delantera más baja, potencia la estabilidad de la zapatilla que da el máximo confort en el entrenamiento sin perder su esencia más racing.

Entrenando con ellas

Destacan sobremanera dando los primeros pasos, que dimos en un rodaje sobre un terreno arenoso pero no muy blando, las piezas de caucho que bordean la suela, con la tecnología X10, la cual da refuerzo a las zonas de más desgaste en el impacto del pie contra el suelo, como son el talón y la zona metatarsiana de los dedos del pie. Esta tecnología unida a la plantilla facbricada con Premium Insock, un material muy amortiguador, hace que la primera sensación sea de comodidad al impactar el pie contra el suelo. También destaca que la lengüeta de la zapatilla está hecha de un material muy acolchado, lo que no provoca roces y da una sensación de confort al pie al apretarla con los cordones.

Acabada la puesta a punto, empezamos la segunda de las pruebas, haciendo unos progresivos y unos cambios de ritmo de 1 minuto sobre el tartán de una pista de atletismo. Tengo que referenciar, eso sí, que soy un corredor de unos 70 kg de peso. Los cambios de ritmo que hicimos con la zapatilla eran de un ritmo aproximado de 3’30’’ el km, por lo tanto, ritmo exigente, no solo para larga distancia en maratonianos, sino también para gente de ruta de 10 e incluso 5 km. En este ritmo queríamos probar las prestaciones de la zapatilla a nivel competitivo, y la verdad es que se comportan a gran altura gracias en parte a su tecnología SmoothRide, que minimiza las aceleraciones y desaceleraciones bruscas del pie durante las tres fases de la pisada: impacto del talón, rotación y propulsión.

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Se reducen las vibraciones producidas por el impacto del pie en el suelo y se mejora la flexibilidad de la zapatilla; la sensación es de tener el pie muy sujeto en la zona del tobillo y un poco más de libertad en el metatarso y las falanges de los dedos de los pies. Notarán perfectamente esa sujeción los corredores no tan técnicos, aquellos que pisen más con el talón que a nivel metatarsiano.

Ofrecen un gran agarre sobre el suelo -tanto en tierra, como en el tartán de la pista de atletismo y también por asfalto cuando las hemos probado por ciudad-. Este buen grip contribuye a tener más reactividad en la fase del impulso de la zancada, por lo que se gana en un movimiento más eficiente del pie, evitando así las pérdidas de energía ocasionadas por la inestabilidad en el apoyo.

En esta fase de impulso también contribuye la tremenda flexibilidad de la zapatilla, que contribuye a transmitir mejor la fuerza reactiva del apoyo. Así que, por hacer un símil muy “animal”, la sensación es de dar zancadas como una gacela. A todo esto se une una agradable sensación de ligereza, a la cual, sin duda alguna, contribuye enormemente la media suela hecha con la nueva tecnología amortiguadora de Mizuno U4IC. Este nuevo material da una gran amortiguación, restándole peso, lo que se agradece al mantener un ritmo exigente de forma prolongada.

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Por último, comentar, que la tercera prueba que le hice a la zapatilla fue corriendo por asfalto y superficies duras en ciudad. Se tratró de un rodaje largo, incrementando el ritmo de forma progresiva a lo largo de 80’. Aquí quise probar la sensación de amortiguación al paso de los km, y la verdad es que con el paso de los kilómetros la excelente amortiguación inicial va disminuyendo. Pero al final es para lo que sirven. Se trata de unas zapatillas más indicadas para ritmos altos y distancias cortas. Es como llevar un Ferrari por autopista. Hay coches más cómodos para ir a 120 km/h.

En definitiva, la zapatilla Mizuno Wave Sayonara 3 es una opción muy válida para entrenamientos y sobre todo competición a ritmos exigentes y distancias cortas o medias. El perfil ideal a las que va dirigidas es para corredores de peso de menos de 70 kg que quieran competir a un buen nivel, haciendo entrenos donde se prima la calidad a la cantidad.

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