Nacidos para correr: los indios rarámuri

Nacidos para correr: los indios rarámuri

Son indígenas, viven en el Cañón del Cobre de México, se alimentan básicamente de maíz molido y agua y hacen una media de 100km diarios corriendo por terreno montañoso. Sus condiciones genéticas se han adaptado a un medio abrupto, caluroso y muy complejo. La peculiaridad: no sólo el volumen de km que son capaces de correr sin detenerse, si no la manera en que lo hacen: con unas finas sandalias de caucho que a todos nos hacen pensar en las cautelosas incorporaciones minimalistas que estamos empezando a ver en el trail running. ¿Conoces a los indios tarahumara? Te descubrimos la comunidad nacida, sin saberlo, por y para el running de montaña.

No nos aventuramos a decir que son los precursores del trail running, ni tampoco del ultrafondo, aunque podríamos creerlo por sus características morfológicas y sus volúmenes a pie. Los indios tarahumara o también conocidos como rarámuri (nombre aborigen que significa “pies ligeros”) son una etnia indígena que vive en la Sierra Madre Occidental de México, una zona todavía más profunda y ancha que el Gran Cañón, en la que son capaces de correr distancias de ultrafondo sin que esto suponga una dificultad. Correr, forma parte de su cultura.

Con un estilo de vida puramente de supervivencia, esta comunidad está al margen del desarrollo y se dedica a la caza para obtener recursos para la comunidad. En un terreno inmenso y formado por un entramado de cañones, barrancos y picos de hasta 3.500 m de altitud, la imposibilidad de utilizar medios de transporte e incluso caballos o animales de arrastre/transporte, obligan a los tarahumara a ir corriendo por todas partes. Su técnica es arcaica y tosca, persiguen a venados corriendo hasta que éstos se agotan y sucumben. Esto puede durar más de un día hasta que se hacen con la presa y la llevan al corral, lo que adapta a estos corredores a unas condiciones físicas y de actividad, que no son nada habituales.

En total, se estima que son capaces de correr más de 160km sin detenerse, en la forma en que ellos entienden el correr: para el pueblo, es decir, para contribuir a la comunidad con alimento. Por lo tanto, no les mueve ningún objetivo ni entrenamiento deportivo. Correr es parte de su cultura. Cuando no buscan una presa, caminan largas distancias cuidando al ganado o visitando a personas de otras comunidades, y uno de sus hobbies es el "rarajipari", un juego que consiste en patear una bola de madera hacia delante y perseguirla. El juego a veces dura más de un par de días y para ellos, esta suma de km, es puro ocio.

Lo más sorprendente de esta comunidad es que corren prácticamente descalzos, con unas sandalias que ellos mismos se fabrican y a las que llaman “guaraches”: reutilizan caucho de cubiertas de neumático usado para hacerse una base bien fina que luego se atan a los tobillos con cordones de cuero. ¿Cómo es posible aguantar estos volúmenes con unas pantuflas totalmente planas en suelo rocoso, de denso bosque, gravilla o piedra? La conciliación de su pisada con el terreno y su agilidad de zancada es sorprendente. Puedes verlo aquí puedes verlo aquí.

Otro dato importantísimo es que las condiciones climáticas en las que viven pueden oscilar desde los más de 30º en verano a los -20 en invierno. Así, han desarrollado una gran capacidad para soportar el dolor físico y una gran resistencia al esfuerzo. Como ellos dicen, ‘quien no aguanta, muere, desaparece’. Correr en estas condiciones es una supervivencia.

El resultado de este sistema de vida: corredores de montaña con una capacidad aeróbica y una resistencia física totalmente desarrollada y muy por encima de cualquier corredor entrenado. Sencillamente, se trata de trail runners que se han adaptado genéticamente a un medio seco y en altura dentro de su modus vivendi. Por ello sin ninguna condición que nosotros consideraríamos totalmente normal y necesaria (una correcta alimentación; apenas tienen variedad alimenticia, uso de material adaptado y un entrenamiento previo) son capaces de marcar ritmos ultra de atletas élite y esto sucede hasta con miembros de la comunidad que cuentan con más de 40 y 50 años.

Sorprendidos por estas capacidades en montaña y sobre todo a la larga distancia, se les han hecho varios estudios, entre el que destaca el último por parte de la Universidad de Chicago con una pequeña muestra de rarámuri extraídos de su comunidad y llevados a los Estados Unidos, donde incluso se les inscribió en competiciones para poner a prueba sus capacidades. El estudio centrado en el músculo cardiaco de los indígenas, concluyó que los atletas rarámuris tienen un rendimiento cardiorrespiratorio excepcional, es decir, su consumo de oxígeno es de atletas élite, niveles que registra un grupo selecto de deportistas a nivel internacional. Su musculatura de tronco inferior, también, es más fuerte y está adaptada a los cambios de rasante; sus articulaciones, son claramente más flexibles de lo habitual. Y su técnica de carrera es fluida y de ritmo constante.

En competición, se confirmaron las hipótesis, quedaron en las primeras posiciones sin ni siquiera haber entrenado ni un solo día y sin tomar ningún suplemento alimenticio ni bebida isotónica. Alguno de ellos ganó carreras de alto nivel (como por ejemplo los 161km de Leadville) e incluso se les obligó a correr con zapatillas con amortiguación para contrastar, con las que no consiguieron seguir durante más de 60km sin presentar molestias o lesiones. Su pisada sólo entiende de sencillas sandalias, bonita ironía.

Lo más inesperado es que no se detectaron unas aptitudes genéticas diferentes al resto o una cadena de ADN alterada o mutaciones entre generaciones, lo que demostró que el ser humano responde por adaptación al medio y al rendimiento diario. No se ha podido concluir, por lo tanto, que sean una etnia superior o con mejores aptitudes para el running. Está claro que el modo en que viven y el entorno (mucho menos oxígeno que al nivel de mar), podemos pensar como muchos aseguran, es lo que hace a estos indios los corredores más resistentes y fuertes en montaña.

Actualmente, varios de estos indígenas han sido reclutados por clubes para competir a nivel internacional, aunque son sólo una minoría, ya que en su cabeza, difícilmente se entiende el entrenar con fines competitivos. Otros siguen su día a día y cuando se disputa una ultra importante por la zona, como por ejemplo, la Ultra Maratón de los Cañones, corren para con el premio, poder ayudar a su comunidad.

Puedes informarte más de estos peculiares trail runners viendo el documental “Born to run”, donde se refleja de qué estamos hablando o si eres todavía más curioso, leyendo el libro “Nacidos para correr” de Christopher MacDougall donde también profundiza sobre ellos. Interesante, un rato. ¿Y lo mejor? Nuestra consciencia como trail runners de que todavía nos queda mucho por aprender viendo a estos indios correr...

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