“No tengo ninguna duda, estoy firmemente convencido de que Eliud Kipchoge bajará de las 2 horas en Viena”

“No tengo ninguna duda, estoy firmemente convencido de que Eliud Kipchoge bajará de las 2 horas en Viena”

“Me siento más preparado que en Monza. Estoy a punto. Me siento seguro porque mantengo la velocidad de los últimos dos años. Por aquel entonces, estuvimos muy cera, fue la primera vez, pero espero poder lograrlo en este segundo intento”. Son las palabras del mejor maratoniano de todos los tiempos, Eliud Kipchoge, hace escasamente unas horas en el Prater de Viena. En la capital austríaca, el próximo sábado 12 de octubre (entre las 5:00 y las 9:00 am, un horario aún por definir) intentará, por segunda vez, ser el primer ser humano en correr 42.195 metros por debajo de las 2 horas. Es el proyecto INEOS 1:59 Challenge.

Eliud, una vez más, sigue fiel al precepto que ha guiado toda su carrera maratoniana junto a Patrick Sang: “si quieres tener éxito, respeta una regla: nunca te mientas a ti mismo”. La frase, de Paulo Coelho, sigue más que vigente. Desde la distancia, hemos hablado con el atleta catalán afincado en Kenia (Eldoret) Marc Roig, horas antes de que el atleta keniano de 35 años escriba, de su puño y letra (o mejor, dicho, con sus piernas), una de las mejores páginas en la historia del deporte en particular y de la humanidad en general. Roig, miembro del NN Running Team y en ocasiones fisioterapeuta del corredor keniano, no tiene dudas de cuál va a ser el resultado.

-¿Crees que Eliud Kipchoge logrará en Viena ser el primer hombre en bajar de las 2 horas corriendo los 42.195 metros?

(Sonríe antes de contestar). Sinceramente, creo que en esta ocasión Eliud sí va a bajar de las 2 horas. Lo creo firmemente (y vuelve a sonreír, con absoluto convencimiento, confiando en un hito histórico dentro del mundo del atletismo). He vivido en primera persona el cambio de Eliud desde que me trasladé a Kenia en 2015. Ha pasado de ser un gran corredor a convertirse en el mejor maratoniano de la historia. Se trata de un esfuerzo casi más mental que físico, en el que tratará de romper una barrera que está más allá de la mente de muchísimos de nosotros. Sabe que le va a costar, pero está convencido de lograrlo. Y, nosotros, lógicamente, también.

-Eliud Kipchoge, nuevamente, va a estar acompañado de un sinfín de liebres para mantener el ritmo necesario (en este caso, 41 liebres de un nivel supremo: 16 kenianos, 2 etíopes, 7 norteamericanos, 6 ugandeses, 4 australianos, 3 noruegos, 1 japonés 1 kazako y 1 suizo). ¿Cuál va a ser la clave diferenciadora en este nuevo reto?

En realidad, ha cambiado poca cosa al reto del Breaking2 de hace poco más de 2 años. Eso sí, tal y como reconoce el propio Eliud, ahora él sabe a qué se enfrenta en realidad a la hora de lograr bajar de las 2 horas. A la magnitud del reto. Y en aquella ocasión se quedó a tan sólo 26 segundos de lograrlo. Por lo tanto, hay que entender la experiencia que ha acumulado como un hecho clave para el éxito final. El proyecto Breaking2 de Nike, más allá del interés comercial, también tenía mucha fundamentación científica detrás. Se buscaba bajar de las 2 horas, pero también aprender mucho y recabar datos en este sentido. Ahora, estamos ante otra realidad. Será una competición contra sí mismo, sin necesidad de rivales, en la que Eliud ya sabe a lo que se enfrenta y el camino que le faltó para llegar hasta el objetivo. Fueron sólo 26 segundos.

-Como bien dices, hace 2 años, en el circuito italiano de Monza, se quedó a 26 segundos (marcó un crono de 2:00:25). Pero por aquel entonces afirmó que “la esperanza es real, así que vamos a mantener el fuego vivo”. ¿Un fuego que ha mantenido intacto durante todo este tiempo?

Eliud Kipchoge ha mantenido el fuego vivo durante este tiempo, de esto no me cabe la menor duda. Eso sí, a mí me sorprendió cuando anunció que lo volvería a intentar, por segunda vez. Desde mi punto de vista, siempre entendí que el reto de Monza se intentaba una sola vez y ya estaba, que después tocaba pasar a otras cosas. Por lo tanto, como te digo, me sorprendió el anuncio. No obstante, si se ha tirado a la piscina otra vez es que está totalmente convencido, como te he comentado anteriormente, de que en esta ocasión sí puede lograrlo.

-Campeón olímpico, recordman del mundo, 12 maratones ganadas de 13 corridas (contando el reto Breaking2)… lo único que le queda ya es escribir quizás la página más grande en los anales del maratón.

En realidad, como bien dices, lo ha conseguido todo dentro del mundo del maratón. Pero, fíjate como es la vida, que Kenenisa Bekele se quedó a tan sólo 2 segundos de arrebatarle el récord del mundo de los 42.195 metros hace pocos días en Berlín. Yo creo que, en realidad, lo que le motiva a él es abrir una nueva página en la historia. Lo ha logrado todo, por lo tanto, sólo le queda cuestionarse qué más puede hacer dentro de este mundo. Y en el Prater de Viena puede abrir un nuevo hito, sin precedentes.

-El mismo Kipchoge ha manifestado esta misma semana en Viena que corre “para hacer historia, para decirle a la gente que el ser humano no tiene límites, se trata sólo de correr y de hacer historia”.

De alguna forma, podríamos decir que bajar de las 2 horas es lo que le queda para cerrar el círculo. Eso, no obstante, no significa que tras lograr este reto se retire del mundo del maratón, ni mucho menos. No tengo ninguna duda de que aún le queda camino por recorrer. Sin ir más lejos, en Tokio, querrá revalidar el oro olímpico logrado hace 4 años en Río de Janeiro.

-¿Y no ves a corto plazo, un cara a cara frente al etíope Kenenisa Bekele (el 2º hombre más rápido de siempre en los 42.195 metros con su 2:01:41 de Berlín)?

Sí, seguro que se volverán a ver las caras. No tengo ninguna duda de que será un auténtico espectáculo para todos los amantes del mundo del atletismo. Ojalá se puedan ver las caras en el maratón olímpico de Tokio. Ambos están haciendo sus mejores marcas a medida que suman años en el mundo del maratón y el cara a cara en los JJOO podría ser un gran reclamo para el mundo del atletismo, pero hay que recordar que sólo hay una única medalla de oro.

-En este lapso de tiempo transcurrido entre Monza y Viena, Eliud ha bajado más de 1 minuto su marca en maratón (del 2:03:05 de Londres 2016 al 2:01:39 de Berlín 2018). Una rebaja que permite augurar que también puede bajar ese 2:00:25 de Monza…

Lo que más confianza nos genera a la hora de afirmar que ahora sí es posible romper la barrera de las 2 horas es la mejora que Eliud ha tenido desde que corrió en Monza hasta ahora. Hay casi 1 minuto y medio de diferencia entre ambas marcas, es el tiempo que él ha sido capaz de rebajar. Por lo tanto, podríamos decir que bajar 26 segundos estaría dentro del margen razonable. Es algo que piensa él mismo, y también todo el equipo del NN Running Team.

-Sin ir más lejos, este año ganó el Maratón de Londres con 2:02:37 (récord del circuito). ¿Es ahora o nunca para Eliud teniendo en cuenta que el 5 de noviembre va a cumplir 35 años)?

Hay que tener en cuenta que siempre se ha dicho que Berlín tiene el circuito más rápido. Pero es que si no hubiera logrado el 2:01:39 hace 1 año, la marca conseguida en suelo británica hubiera sido un nuevo récord del mundo de la especialidad. Algo que nos indica el gran estado de forma que acuna Eliud. Siempre me ha sorprendido muy positivamente su constancia, nunca se salta un solo entrenamiento. Parece que los años no le pesa y estamos volviendo a la idea primigenia de que los atletas que han rendido muy bien en la pista pueden tener un gran reciclaje en pruebas de asfalto. Hemos vuelto a los clásicos: atletas con una gran trayectoria en la pista que, cuando se acercan a la cuarentena (Bekele tiene 37 años), están rindiendo a su máximo nivel en los 42.195 metros.

-¿Cómo se ha preparado de forma específica para este reto?

No ha tocado nada de su entrenamiento. No ha sido diferente a la que ha llevado a cabo en los anteriores maratones que ha corrido. De hecho, el método de Patrick Sang es muy sencillo y hasta monótono y repetitivo, pero ha demostrado ampliamente su efectividad. Y si algo funciona, no es necesario tocarlo. Eliud, como la mayoría de atletas kenianos, son muy metódicos, tanto en el entrenamiento como en la dieta. No en vano, no les importa comer ugali los 365 días del año (se trata de un plato tradicional del este de África que contiene harina de maíz y es una especie de gacha elaborada de ingredientes con gran contenido de almidón).

-Y la última, ¿cuál es el atributo que más destacarías a nivel deportivo primero y después a nivel personal de Eliud?

A nivel deportivo, lo que más destacaría de él es la seriedad, profesionalidad que tiene. Sabe que el rendimiento pasa por ser un profesional. Vive en el training camp de Eldoret de lunes a viernes, aunque su familia se halla a tan sólo 30 kilómetros de distancia. Como te comentaba previamente, no se salta ningún entrenamiento, y no tiene ninguna distracción, cuando está entrenando sólo está centrado en esto. Y a nivel personal, te diría que es una persona muy cercana y muy atenta con toda la gente. En ningún momento mira a los demás por encima del hombro, sigue siendo una persona muy normal, muy humilde.

En la rueda de prensa posterior al proyecto Breaking2, en un alarde de sinceridad (como siempre es él), Kipchoge manifestó con una sonrisa pintada en el rostro: “soy humano, no soy una máquina, he sido incapaz de seguir el ritmo marcado exacto hasta el final”. Y añadió, amplificando su gesto de sinceridad, “estamos a tan sólo 25 segundos de lograrlo”. Esperemos que, en esta ocasión, en la tierra de Mozart, consiga hacer de su melodía maratoniana la esencia de la mejor música jamás escrita en los anales del deporte. Para ello necesita correr los 100 metros en 17,08 segundos. Y repetir la misma canción 422 veces.  

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