Para correr tampoco: nunca es tarde

Para correr tampoco: nunca es tarde

“Que nunca te falte un sueño, un proyecto por hacer, nadie a quien amar ni ningún Maratón para correr”.

El corredor popular y colaborador de Running.es Miquel Pucurull acaba de publicar su primer libro, Mai no és tard (Nunca es tarde). Editorial Columna, prologado por la escritora y articulista Empar Moliner y con Marc Cornet en la edición.

En él, repasa su vida como corredor, pero también nos da a conocer aspectos menos públicos sobre su persona y su vida. Todo un ejemplo para las nuevas generaciones y, sobre todo, un arquetipo que demuestra que, en la vida, nunca es tarde para nada. Ni para estudiar ni para ponerse a correr. Nos gusta, especialmente, una frase que se destaca en la contraportada y que deja bien latente la filosofía de vida y la forma de pensar de Miquel: “que nunca te falte un sueño, un proyecto por hacer, nadie a quien amar ni ningún Maratón para correr”.

-Tienes 77 años y acabas de escribir tu primer libro. Una muestra de que nunca es tarde para nada en esta vida. Tampoco para escribir un libro.

Totalmente cierto. Es necesario no perder de vista esta forma de pensar. A cualquier edad, si se tiene salud, se puede hacer cualquier cosa. O, como mínimo, intentarlo. Con solo intentarlo, si lo hacemos con determinación, ya podemos sentirnos realizados y felices.

-¿Cómo ha sido este proceso de vaciado personal, repasando tu vida, no sólo de corredor popular, sino también a nivel personal?

Ha sido una experiencia extraordinaria. Nunca me hubiera pensado que algo así podría llegar a ser tan enriquecedor.

-Siempre te ha gustado escribir sobre carreras (con las ya tradicionales “fisonomies de curses”, artículos sobre este deporte o bien cartas al director). ¿Pero qué es lo que más te ha costado en este proceso de escribir sobre tu persona?

Cuando escribes sobre ti mismo, puedes caer en la petulancia y el resultado puede llegar a ser una lata para el lector. He procurado evitarlo en todo momento.

Es curioso porque, a día de hoy, con el boom del running, nos hemos acostumbrado a escuchar la pregunta “¿y tú por qué corres?”. En tu caso, empezaste a los 40 años y por un motivo puramente estético: perder peso. Corría el año 1979.

Sí, empecé para perder peso, pero también para encontrarme mejor. Tenía que liberar el estrés que padecía en mi trabajo como ejecutivo de una empresa. Y conseguí las dos cosas.

-Antes de empezar a correr, habías jugado al baloncesto. Incluso llegaste a cobrar por ello. Pero siempre detestabas tener que correr.

Nunca me gustaba correr. Lo mío era lanzar a canasta. No llegué a ser profesional, aunque un par de veces cobré 25 pesetas por jugar partidos de básquet, y 100 pesetas al mes por entrenar a un equipo.

-En el libro afirmas, como decíamos al principio: “que nunca te falte un sueño, un proyecto por hacer, nadie a quien amar ni ningún Maratón para correr”. ¿Te queda alguna cosa pendiente de todo esto?

Afortunadamente, no.

-¿Qué habría sido de tu vida sin una prueba mítica como el Maratón (que en el libro escribes en mayúsculas, como un nombre propio)?

Sinceramente, no lo sé. Podría decir que me costaría vivir. Pero también pienso que quizás me habría dedicado a otra actividad –aunque no te sabría decir cuál-. Y también lo habría hecho con la misma pasión.

-Cuando empezaste a correr, el Maratón era una prueba mítica, que imponía un respeto casi reverencial. ¿Con el paso de los años, ha perdido este trato y cierto misticismo?

Esta concepción se ha perdido bastante, por suerte. Porque esto ha provocado que muchos corredores y corredoras se hayan atrevido a correrla. Pero aún conserva buena parte de esta aureola de alta dificultad que no hay que menoscabar en ningún momento. Y a los que la corremos, nos gusta que sea así, porque cuando la terminamos sentimos que hemos hecho algo importante.

-El mundo del running, o del correr –como a ti te gusta más llamarlo- ha cambiado mucho durante estas 4 últimas décadas, desde tus inicios. Al principio, de hecho, cuando corrías con tu mujer, Felicitat, por Montjuïc ella no recibía mensajes que digamos muy agradables.

Por suerte, ha cambiado mucho. Por aquel entonces éramos los raros. Y ya no te cuento las mujeres. Tenían que escuchar de todo, sobretodo por parte de los hombres. El machismo era mucho más evidente que en la actualidad, en todos los ámbitos.

-Por suerte, el rol activo de la mujer dentro del mundo del running es muy destacable a día de hoy. Incluso has escrito algún artículo que lo destaca, a nivel popular.

Siempre me ha interesado mucho el papel de las mujeres corredoras. Seguramente por hecho de que mi hija y mi mujer fueron maratonianas. Y, en efecto, me gusta destacar la gran evolución de la mujer en el mundo popular del correr. Un auténtico fenómeno social, a mi modo de ver.

-La “marquitis es una época por la cual pasa todo corredor. En tu caso, incluso te ha vuelto, ya de mayor…

(Y se ríe). Sí, así es, tuve un accidente hace cuatro años que me obligó a dejar de correr durante 4 o 5 meses. Y cuando pude volver, los tiempos que hacía en las carreras eran muy malos. Y a medida que me fui encontrando mejor, recuperándome, dichos tiempos también mejoraron. Y esto ha añadido un plus de interés de superación. Esto es, trato de ir más rápido que el año anterior.

-Ramon Oliu, creador de la Comissió Marathon Catalunya y del Zurich Maratón de Barcelona (que se disputó por primera vez en Palafrugell, en el año 1978), es un personaje que flota por buena parte de las páginas de “Mai no és tard”. Y, por lo tanto, de tu vida. ¿Ha sido tu espejo atlético?

Sí, así es, en efecto. Y como mujer corredora, mi hija también ha sido un espejo. Elisenda fue una corredora de gran nivel hace 25 años.

-Los beneficios del libro se destinarán a la investigación contra la diabetes infantil que lleva a cabo el Hospital Sant Joan de Déu. De hecho, por tercer año consecutivo, correrás el Maratón de Barcelona en una acción de run for charity para recaudar dinero para esta causa.

Intento ayudar en la medida de lo posible. En este caso, ayudar a la investigación de esta enfermedad para tratar que, algún día, se puedan mitigar sus efectos. Es algo que me motiva mucho. Y es que mi nieta Laia es diabética.

-¿Cómo va la preparación para tu Maratón número 46?

Simplemente, va. Arrastro una tendinitis después de una carrera, ya hace dos meses. Pero esto no hará que me pierda el Zurich Marató de Barcelona del próximo 13 de marzo.

-En esta vida, nunca, o casi nunca, es tarde. ¿Pero alguna vez te has planteado el hasta cuándo?

Siendo sincero, no me lo planteo. No mucho. No me hago esta pregunta. Y si me la hacen, como ahora, respondo que seguiré corriendo mientras vaya más rápido corriendo que caminando.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...